"Y SI LOS PERROS LADRAN"... NO CABALGA EL QUIJOTE, NI LEÍSTE EL LIBRO
Fuente imagen: bibliontecario.blogspot.com. Clic encima para ampliarla.
Supongo
que ya han escuchado varias veces la famosa frase popular con una
pretendida cita de Miguel de Cervantes y Saavedra en "El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha" que dice, aludiendo a un supuesto
diálogo entre Don Quijote y su escudero Sancho Panza, en una de sus
principales versiones difundidas:
Si los perros ladran, Sancho, es señal que cabalgamos.
Otra más decorada y armónica, dice más o menos lo mismo en los siguientes términos:
Dejad que los perros ladren Sancho amigo, es señal que vamos pasando.
Y existe una más dramática o teatral, que la coloca en un diálogo definido, y dice:
- Mi señor... Los perros están ladrando.
- Tranquilo, Sancho. Es señal de que estamos cabalgando.
Aunque
su repetición parece algo inofensivo y casi estéril, resulta pues que
tengo ganas de proponer una frase nueva a estas citas populares y a
quienes las repiten con semblante docto y frecuente aire arrogante de
versada elocuencia:
Si los perros ladran y te acuerdas de la famosa cita del Quijote, es porque no has leído el libro…
¿La
razón?: allí en "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha", jamás
ha existido la manoseada frasecita, que en realidad parece haber sido
tomada originalmente de un escrito de Johann Wolfgang von Goethe,
específicamente un poema titulado "Kläffer" ("Ladrador") de 1808, si
acaso este fue el primero en citarla. Empero, otras versiones se la
conceden también a Rubén Darío (quien la usó con cierta frecuencia y habría temido al personaje Sancho en el aforismo), Miguel de Unamuno e incluso a Orson
Welles, en una obra inconclusa de este último, basada en las desventuras
del Quijote. Puede que se trate sólo de un viejo proverbio popular,
entonces, que de cuando en cuando salta a la literatura y por alguna
razón extraña quedó asociado no solo al Quijote como personaje (lo que
le daría algo de legitimidad) sino al libro mismo y a su propio autor.
Poema "Ladrador", de Goethe (1808):
Cabalgamos por el mundo En busca de fortuna y de placeres Mas siempre atrás nos ladran, Ladran con fuerza...
Quisieran los perros del potrero
Por siempre acompañarnos Pero sus estridentes ladridos Sólo son señal de que cabalgamos. |
Juro que no me habría interesado escribir algo sobre este ligero tema,
si no fuera por las discusiones que he tenido con personas que considero
cultas y respetables cuando cometo la "imprudencia" señalar que la
frase no es de Cervantes, especialmente en mi antiguo blog ya cerrado.
Prefiero hacer el link hacia acá, desde ahora y si acaso lo necesito, como respuesta y síntesis.
Es
más: reputados poetas del mundo, políticos de renombre y hasta
distinguidos escritores de gran calibre internacional han creído en esta
patraña de que corresponde a una cita del Quijote y así la han
reproducido en escritos, discursos y entrevistas, ayudando a extender
más aún el error. Así, por ejemplo, refiriéndose a un escritor
chileno-español, la revista santiaguina "Cosas" de mayo de 2003, decía
en su encabezado y para el bochorno académico e intelectual:
Si
los perros ladran, es porque avanzamos, Sancho. Usando la sabiduría del
Quijote, el escritor chileno radicado en Londres, y participante de los
encuentros de Expansiva en Harvard y Valle Nevado, defiende a su amigo
Andrés Velasco...
Se
podrá sugerir que al volverse un adagio popular (independiente del
libro), la frase goza de su propia legitimidad, aunque sea apócrifa. Es
un buen punto, pero algo anda muy mal cuando un conferencista del mundo
educacional la presentó una vez con la referencia: "Y como escribió el gran Cervantes...", en un encuentro en el que fuimos parte del público, hace pocos años.
El
hecho consumado e irrefutable es que en la obra de Cervantes, sin
embargo, lo más parecido que podría encontrarse a la frase entre todas
sus cientos de páginas, son inocuas y fugaces alusiones del autor al
ladrido de perros en aldeas, cuanto mucho, mas nada relacionado con el
célebre aforismo.
Por
cierto: la imagen de cabecera corresponde al famoso grabado del Quijote
hecho por el artista Gustave Doré quien, evidentemente, sí leyó el
libro de don Miguel de Cervantes y Saavedra.
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