EL MARTILLO DE TEXAS, SIN EXAGERACIONES Y SIN NINGUNEOS
Fuente imagen: Taringa!
Coordenadas: 32°13'49.1"N 97°48'19.1"W (Creation Evidence Museum)
Hace
pocos días, vi en la televisión abierta chilena un pequeño reportaje
noticioso donde se legitimaba la categoría Oopart (objetos fuera de
contexto de tiempo) del famoso Martillo de Texas, una de las piezas más
célebres de los buscadores de evidencias de supercivilizaciones en el
pasado o, cuanto menos, de la existencia de una humanidad anterior a la
nuestra. Este artículo está basado en el que publiqué hace varios años
sobre la pieza en cuestión, en el desaparecido blog "Galería de
Ooparts". Quise traerlo de vuelta para aportar un poco a la discusión
generada en relación al famoso martillo.
No todos los relatos son claros sobre este Oopart,
probablemente uno de los más famosos de todo el mundo. Según la mayoría
de los autores que se refieren a él, habría sido descubierto
casualmente en junio de 1936 (los menos dicen que el año fue en 1934)
por Max Hanh, nacido en 1897, quien paseaba junto a su esposa Emma
cuando halló la roca extraña en Red Creek, cerca de London en el Estado
de Texas. La pieza parecía ser una piedra de color ocre, desde una de
cuyas caras salía lo que semejaba ser un instrumento rectangular y
metálico.
El
hallazgo permaneció en posesión de los Hahn hasta que, hacia 1946, el
hijo del matrimonio llamado George, de 25 años, logró abrir la roca y
revelar que la extraña protuberancia dura que asomaba por un lado era en
realidad una de las puntas de un martillo atrapado dentro de la piedra,
herramienta que conservaba incluso un fragmento del madero que sostenía
la cabeza metálica. En la estructura geológica también se encontró
cautiva una concha de almeja, que algunos juzgaron como un "fósil".
Casi
olvidado, el objeto fue a parar a la vitrina del Museo Somerwell, hasta
que comenzó a llamar la atención de algunos estudiosos de temas
relacionados con extraterrestres o civilizaciones anteriores a la
nuestra. Luego de mucho gestionar, el investigador norteamericano Carl
Baugh, nacido en 1936 y defensor de las teorías creacionistas como las
de los Ooparts, lo compró en 1983, colocándolo en la exhibición de su Creation Evidence Museum,
de Glen Rose, Texas, inaugurado al poco tiempo después. Según él, este
martillo está atrapado en una roca sedimentaria del estrato del
Cretácico (145 hasta 66 millones de años), por lo que sería una prueba
concluyente de la convivencia generacional entre hombres y dinosaurios
en tiempos remotos.
Agregan Baugh y los defensores del carácter Oopart del martillo, que éste sería "antediluviano", llamando a la pieza el Artefacto de London.
Hasta hoy, su dueño vende réplicas del mismo, a modo de recuerdos para
los visitantes, algo legítimo para sus necesidades de mantener el museo,
por cierto, y no más distinto de lo que hacen propietarios de muchos
museos históricos o científicos de carácter privado.
La mayoría de las fotos
que se tienen del Martillo de Texas corresponden al momento en que éste
fue presentado por el propio Baugh en la Conferencia Creacionista de
Pittsburgh, Pennsylvania, realizada en 1986, donde causó sensación y
debutó ante la popularidad internacional.
Fuente imagen: Taringa!
Sin
embargo, hay observaciones que hacer sobre la pieza y a los propios
procedimientos de Baugh para evaluarla. Es verdad que el martillo está
contenido dentro de una roca de arena endurecida, cuya procedencia jamás
ha sido demostrada en el origen cretácico inferior de Red Creek (110 a
115 millones de años atrás), según los detractores de su propietario.
La
concha de almeja que la acompañaba en su cautiverio de piedra, por
ejemplo, correspondería a una moderna y no a un bivalvo “fósil”, según
las impresiones que anotó Glen J. Kaban tras verla en las conferencias
de 1986 y de 2006. Además, se sabe que los Hahn lo encontraron en una
piedra suelta, y no adherida a una roca mayor, lo que hace dudar de que
sea parte de una estratificación específica de Red Creek.
También
es necesario precisar que los minerales de estratos antiguos que se
encuentren disueltos pueden acumularse y endurecerse sólidamente en
torno a objetos antiguos sin ninguna clase de problemas, en plazos de
tiempo breves. La relativa oxidación del metal resulta particularmente
sospechosa, al respecto, pese a que muchos creacionistas intentaron
presentarla como un factor a favor de sus aseveraciones.
Quiero
hacer notar mi experiencia personal sobre este fenómeno: En el Norte
Grande de Chile, por ejemplo, que he recorrido intensamente en sus
sectores rurales, es posible encontrar instrumentos y restos de armas de
la Guerra del Pacífico (1879-1884) atrapados dentro de piedras de
nitrito que se formaron después de quedar abandonados durante el
conflicto por las salitreras. El Museo de la Guerra del Pacífico "Domingo de Toro Herrera", por ejemplo, tiene al menos dos piezas de este tipo,
con balas aún envainadas (no disparadas) y que han sido literalmente
"asimiladas" por el material salino, volviéndose una pieza con la misma
roca que las contiene. Además, la datación de estas formaciones
recientes no siempre es precisa, porque mide el origen del mineral y no
la formación de la roca propiamente dicha, que según los creacionistas,
en el caso del Martillo de Texas, tendría unos 140 millones de años.
Lo
que sí parecía favorecer la opinión de los creacionistas, sería la
supuesta fosilización del fragmento de madera que viene en la cabeza
metálica, y que en su centro ya estaba volviéndose carbón según ellos
mismos han aseverado. Esto es puesto en duda por otros autores, sin
embargo, quienes consideran que la madera está sólo parcialmente
mineralizada pero de ninguna manera en proceso antiguo de fosilización.
Fuente imagen: Taringa!
Pero las dificultades que el propietario de la pieza pone al estudio de su tesoro, son sospechosas.
Baugh simplemente se negó a las peticiones de permitir la data por
carbono 14 de la antigüedad del mango. Sólo en 1999 accedió a autorizar
una prueba, pero que fue difundida por un acérrimo defensor de Baugh
llamado David Lines, quien hizo públicos sus resultados pero poniendo en
duda conclusiones escépticas que antes fijaban la edad del mango de
madera en sólo 700 años como máximo, prefiriendo las que arrojaron miles
de años a su favor.
El problema es que Lines, supuestamente, tampoco
habría precisado cuándo ni dónde se realizaron tales pruebas, algo que
en algún momento alejó de Baugh a muchos de los propios defensores de la
teoría del martillo como un auténtico Oopart.
Empero, también
han de celebrar los partidarios de Baugh que los estudios realizados
por el Instituto Metalúrgico de Columbia sobre el metal, precisaran que
está formado por un 96,6 % de hierro, más 2,6 % de carbono (cloro, en
otras fuentes) y menos de un 1% de azufre. Tanta pureza del hierro es
algo que sólo se ha venido a conseguir en tiempos más bien recientes de
la historia de la metalurgia y no en la época en que se declara
encontrado, según los creyentes, aduciendo con ello, además, que había
un civilización anterior tecnológicamente muy parecida a la nuestra y
que fue capaz de producir esta pieza hace millones de años.
Lamentablemente, no están de acuerdo con esto otros científicos, quienes
declaran que sólo se trató de una técnica metalúrgica abandonada con el
tiempo.
Finalmente,
cabe señalar que el tipo de martillo que se encuentra atrapado en la
roca de Texas tiene un diseño conocido en el mundo moderno: el que era
típico para estos instrumentos empleados en esta parte de los Estados
Unidos durante el siglo XIX, para minería y otros oficios, observación
que no pocos investigadores han hecho notar reiteradamente.
Oopart
o no, entonces, el famoso Martillo de Texas seguirá dando mucho que
hablar y más aún que discutir sobre su propio origen, supuesto o real.
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