EFECTO MANDELA, HABLEMOS EN SERIO: EL "ERROR DE CONTINUIDAD" EN LAS CREENCIAS Y CONVICCIONES COLECTIVAS
Nota: este artículo lo publiqué originalmente en mi sitio URBATORIVM el 5 de abril de 2018, pero lo he trasladado hasta acá en 2022 por razones de coherencias temáticas de los contenidos. Sugiero revisar también los comentarios recuperados al final del artículo desde la publicación anterior, ya que ilustran bastante la discusión que generó durante varios meses este texto y los argumentos que se esgrimieron a favor y en contra del Efecto Mandela entre lo lectores y quien escribe.
Perdón
por lo aguafiesta, pero me ha sorprendido cómo en tan pocos años, ha
crecido hasta lo inverosímil esa creencia a veces casi histérica y
conspiranoica en torno al llamado Efecto Mandela (Mandela Effect),
nombre dado hacia 2010 por la popular bloguera y divulgadora de temas
paranormales, Fiona Broome a lo que (hasta entonces y con menos acogida
en los medios de masas) la psicología la psiquiatría convencionales
habían definido más bien como falsos recuerdos colectivos.
Otros dirán que el Efecto Mandela
no pasa más allá de casos en la categoría de simples mitos urbanos con
algún grado "participativo" de los sujetos que lo crean y lo difundan,
convencidos de que es algo real. No parece casual que la mayoría de las
pruebas y ejemplos que se presentan como casos, pertenecen al mundo de
la cultura pop, muy especialmente la de países angloparlantes.
Otro buen porcentaje se relaciona con productos para público infantil,
además, cosa no menor al momento de evaluar asuntos de percepción,
comprensión y recordación de los mismos.
Para
sintetizar el asunto, decía Broome que notó en la versión 2010 la
Convención Dragon Con, que tanto ella como otros concurrentes del
encuentro (suponemos que en su propio rango etario o cerca), estaban
convencidos de que Nelson Mandela, emblemático activista negro y ex
Presidente de la República Sudafricana (1994-1999), había muerto por ahí
por los años ochenta, durante su largo cautiverio de 1964 a 1990.
Como
se sabe, sin embargo, aunque Mandela pasó por las prisiones de isla
Robben, Pollsmoor y Víctor Verster condenado por cargos de subversión y
violencia armada relacionada con su cruzada contra la segregación racial
del apartheid y contra el gobierno blanco de Sudáfrica, en realidad murió en libertad muchos años después.
Intrigada
con el extraño coincidir de su errada impresión y la de otros
contertulios, la autora presentó en su canales el asunto con el nombre
de Efecto Mandela, dando inicio a las especulaciones y teorías
varias del público, sobre otros supuestos casos en donde se produciría
el mismo extraño vórtice del conocimiento colectivo, llevando a aceptar
convicciones opuestas a los hechos tal cual se indica que fueron.
De esta forma, las creencias, explicaciones y cacerías casuísticas en torno al Efecto Mandela han
crecido como la levadura, llegando a afirmaciones temerarias y absurdas
con frecuencia, o creado toda una mentalidad y nomenclatura alrededor
del asunto. Incluso se presentó un bullado documental underground
sobre el efecto, hacia 2016, y, dos años después, la última temporada
de la exitosa serie televisiva "X-files" lo incluyó como alusión, en un
capítulo relacionado con el argumento de las distorsiones de la realidad
y la manipulación de masas.
Así
las cosas, esto va inflándose hasta adquirir ribetes de una
espectacularidad asombrosa para quienes lo comparten. Y, por tratarse de
un tema de sociedad, quise meter la cuchara por acá aprovechando un
tiempo libre y ofrecer algunas explicaciones más aterrizadas (y, por lo
tanto, más aburridas) sobre lo que se está vendiendo en los medios como
casos de "fallas" y "glitches" de una supuesta falsa realidad en la que
vivimos esclavizados, manifiestas a través de los casos acordes al Efecto Mandela.

Los
creyentes en el Efecto Mandela aseguran que el personaje bandera de
Disney, Mickey Mouse, "jamás" ha utilizado pantalones con tirantes, a
pesar de que muchas personas lo recuerdan así. La verdad, sin embargo,
es que Mickey sí ha usado ocasionalmente esta prenda, en especial en
algunas viñetas impresas o cuando el personaje interpreta un rol. Sus
sobrinos también aparecían con este atuendo en sus primeros tiempos.
Ambas situaciones, pueden ser parte de la generación de las confusiones
sobre su ropa.

El
rizo en la letra F en el logotipo de la marca Ford, es un remanente o
residuo de los estilos anteriores art nouveau con floritura que usaba el
diseño la marca, no de una "realidad paralela" que lo hizo aparecer
allí en algún momento indeterminable. Fuente imagen: Club.1688.com.

El
logotipo de Volkswagen ha tenido desde sus inicios separadas las letras
V y W, como se observa en esta evolución de la marca corporativa. Las
variaciones sólo se han hecho para accesorios como adaptaciones y
simplificando el mismo símbolo, por cuestiones técnicas. Algunas
aplicaciones del logo han reducido el canal entre ambas letras por
razones de asegurar la resistencia de la pieza, como se ve en la imagen,
creando en ciertas condiciones de observación la ilusión de que no
existe. Fuente imagen: Autocasion.com / Volkswagen tattoos.
En
las artes fílmicas, existe un cargo técnico de producción encargado de
la continuidad, por alguna razón asumido con frecuencia por mujeres. El
continuista es la persona encargada, entre otras labores, de evitar
equivocaciones de composición entre una escena y otra ("gazapos", le
llaman en la cultura internet) que, a pesar de todas las precauciones,
suelen abundar en películas y series, causando hilaridad y entreteniendo
a muchos buscadores de esta clase de defectos o errores de continuidad:
helados que cambian de mano entre una escena y otra en "Rocky II", el
tramoyista que aparece accidentalmente en la cubierta de "Los Piratas
del Caribe: la maldición de la Perla Negra", Aragorn con más y menos
barba crecida mientas marcha a la batalla final de "El señor de los
anillos: el retorno del Rey", etc.
Para
los que creen en las teorías conspiracionales sobre una simulación o
realidad maleable en la que la que existiríamos, hay casos equivalentes a
errores de continuidad pero del mundo real, revelando en verdad errores
del programa en que vivimos engañados: los deja vu, las
inconsistencias cíclicas, las coincidencias asombrosas, algunos
interesantes testimonios en videos de situaciones imposibles (como uno
de un impresionante avión que retrocede y zigzaguea en pleno vuelo, vaya
uno a saber de su autenticidad) y, por supuesto, el más importante de
todos: la categoría correspondiente al Efecto Mandela.
La explicación favorita de innumerables youtubers, investigadores independientes y hasta algunos periodistas, entonces, es que el Efecto Mandela se relacionaría con otro tema de moda: las llamadas "Fallas de la Matrix",
bajo ese supuesto de que vivimos una realidad totalmente fingida y
artificial; un engaño universal que a veces sufre alteraciones,
autoajustes o "fallas" que provocan confusiones en la
percepción-recordación colectiva, afectando así las memorias compartidas
por grupos extensos en la sociedad de masas.
La
idea descrita, por supuesto, está tomada sin mucho esfuerzo ni disimulo
desde el cliché argumental de la trilogía Matrix", los conocidos filmes
de culto de ciencia ficción, acción y abuso del 3D digital... Trilogía
que, quizás, también sea presentada por algunos pajarones del futuro como otro Efecto Mandela, perturbados por el hecho de que aparecía originalmente realizada por los hermanos Andy y Larry Wachowski, que ahora son hermanas Lilly y Lana.
Y si creen que exagero sobre las posibilidades de arrojarle el Efecto Mandela
a la dirección de "Matrix", permítanme observar que algunas fuentes
defensoras de la supuesta anomalía de realidad asociadas al mismo,
incluso han ofrecido como eventuales pruebas de tales alteraciones a los
cambios físicos del cantante internacional Michael Jackson, desde su
infancia como talentoso niño artista afroamericano hasta su trágica
muerte en momentos oscuros de su vida, semejando casi un muñeco blanco
tipo crush dummy a consecuencia de su colección de cirugías y el
vitiligo. Supongo, entonces, que la corta edad de muchos de los
difusores de esta clase de diagnósticos, le puede estar jugando una mala
pasada a la hora de observar registros, imágenes e improntas de una
misma realidad enfrentados en diferentes épocas.
Por
todo esto, me he tomado el tediosísimo trabajo de revisar por estos
días -uno por uno- la totalidad del material que encontré disponible en
internet y que es ofrecido para "confirmar" que el Efecto Mandela
sería resultado de esas "fallas", errores o alteraciones inesperadas en
la realidad virtual o simulada en que vivimos; esa misma que creemos
tan cierta, mientras máquinas con aspecto de pulpos mecánicos o bien
extraterrestres con enormes cabezas imposibles de sostener en pequeños
cuellos del grosor de un plátano, nos mantienen enchufados a sus plantas
de generación de bajo voltaje.
Partamos
recalcando que la idea más usual y defendida por los creyentes es que
dicho programa de simulación de nuestra realidad, a veces se altera o se
modifica aunque no hay acuerdo en el porqué: unos dicen que por alguna
voluntad desconocida (decisión de las élites gobernantes, para cambiar
hechos históricos), y otros por alguna acción natural desconocida (rayos
cósmicos, bombardeos subatómicos, cruces accidentales de líneas de
espacio-tiempo, etc.). Sin embargo, para ambos casos sus marcas
permanecen como residuos o remanentes coincidentes con ese recuerdo
colectivo pero incongruente de algunas personas: evidencias residuales
en la jerga, que pueden corresponder a logotipos de marcas comerciales,
detalles de películas, observaciones de famosas obras de arte,
supuestos hechos históricos recordados por todos pero que no aparecen
confirmados en ninguna parte, etc.
Otras
explicaciones un poco más creativas (pues al menos se desprenden del
argumento de "Matrix"), pasean en los cruces o nudos entre dos mundos
paralelos o realidades alternas, pero con deslindes a veces no tan
claros: lo que acá sería de una forma, allá sería de otra, como un
reflejo sobre un espejo con sinuosidades y distorsiones, y de cuando en
cuando elementos de uno de esos planos se intercambian con el otro o
bien se superponen.
También están los que aseguran que el efecto o la "falla" se debería a cambios reales derivados de entrelazamientos cuánticos
provocados por partículas subatómicas unidas en la distancias
tiempo-espacio y que experimentan alteraciones en forma paralela. Otros
prefieren suponer que "viajeros en el tiempo" provocan alteraciones
accidentales o deliberadas en la línea de hechos y cronología, algo
claramente tomado de argumentos de películas tan disímiles como
"Terminator" o "Volver al futuro".
Los
teorizadores con pretensiones más científicas, sin embargo, proponen
que existe alguna forma de alteraciones de la memoria colectiva más que
del mundo material (en caso de existir y no ser una simulación), las que
de alguna manera varían y se disocian por completo del punto real
específico referente. Esta teoría se cuelga un poco de las denuncias
sobre famosos proyectos secretos de manipulación mental como el Chatter, MK-Ultra, la operación Candidatos de Manchuria o la "taquionización" mental. Y, por supuesto, toman para sí la creencia de que alguien emula al ministro nazi Goebbels, cuando proclamó el famoso "miente, miente, que algo quedará",
otro posible "falla" de la realidad con la que nos engañan, porque está
demostrado hace tiempo que él jamás dijo tal frase en alguno de sus
discursos.
En todos los casos, hay una creencia o convicción colectiva de que algo "era así" pero "ya no",
resultado para asombro colectivo que, lo que se daba por hecho y
masivamente aceptado o testimoniado, resultó no ser tal o muy diferente,
en el mejor de los casos. La esencia del llamado Efecto Mandela,
entonces, estaría manifiesta en estos intrigantes casos que muchos se
han dado a la tarea de localizar y mostrar al público, describiéndolos
como "fallas" en el programa de engaño en estamos.
Sin embargo, la leyenda explica también que ciertas pruebas sobreviven al cambio de la realidad simulada y que hay gente con capacidades especiales capaces de advertirlas (nota: la eterna esperanza de algunos, por descubrirse talentos superiores que lo confirmen entre los X-Men). Estas pruebas quedan recordadas y testimoniadas en lo que se denomina experiencias residuales:
restos de memorias, hechos, objetos, textos o piezas que no
experimentaron la alteración y que permanecieron tal cual estaban,
confirmando así que "algo" cambió en la realidad, pero no en ellas.
Las experiencias y evidencias residuales coincidirían también con las memorias bajo el Efecto Mandela,
entonces, porque son la parte que no cambió del todo y que se puede
recordar, quedando como "error de continuidad" pero en la realidad, o al
menos lo que interpretamos como mundo real.
Las convicciones falsas que se estiman como "fallas" de la realidad coincidentes con el Efecto Mandela,
pueden llegar a todos los campos imaginables en donde participe la
percepción, la memoria y la cultura humana en general: cine, arte,
televisión, literatura, música, historia, periodismo y hasta nuestra
propia vida como individuos. Aun si corresponde a "errores de
continuidad" de la memoria, llama la atención que la mayoría de ellas se
relacionen muy especialmente con rasgos de comunicación visual o
gráfica.
Creo
tener cierta facilidad para poder evaluar correctamente estos ejemplos
que se exponen con tanta elocuencia como demostraciones del sentido más
fantástico dado al Efecto Mandela: haber trabajado varios años en
diseño gráfico, imagen corporativa y publicidad, con todo lo que eso
involucra. Ya he comentado antes que estudié y me titulé una carrera que
hoy aborrezco (y en una universidad que ya ni siquiera existe), pero
creo que esta vez me servirá de algo y podré justificar todo ese tiempo,
recursos y aspiraciones dilapidados.
Dicho
lo anterior, considero que el "error de continuidad" en el campo visual
y principalmente denotativo que suele expresarse como caso del efecto,
existe más bien en la percepción y la línea de memoria, no en la
realidad objetiva, como intentaré demostrar al menos en estos casos:

Se
asegura que "La Gioconda" o "Mona Lisa" de Leonardo, habría "cambiado"
misteriosamente el gesto de la retratada, ahora con una sonrisa más
marcada que antes. La comparación de imágenes confirma que el
acercamiento al rostro y al detalle simplemente hace más evidente la
sonrisa que en la visión integral y completa, algo que el genio
renacentista ciertamente debe haber producido intencionalmente.
La Sonrisa de "La Gioconda" o Mona Lisa: La
sonrisa del célebre cuadro de la "La Gioconda" de Leonardo da Vinci, en
el Museo de Louvre, no ha cambiado un milímetro desde que fuera pintada
hacia 1510. Es lo que dice a gritos la sensatez y la cordura... Sin
embargo, hay quienes creen ver que su sutil gesto se ha remarcado más
que antes, e insisten en esta observación convencidos de que "algo
cambió" en la imagen. Probablemente, sólo están poniendo más atención en
el mismo y a los acercamientos de la imagen que circulan en internet,
especialmente las más nuevas y de mejor resolución. Me explico: es
conocido que la observación focal de las imágenes compuestas cambia la
percepción de la misma. Aislar visualmente un elemento modifica la
percepción que podamos tener de él, independizándolo de la composición a
la que pertenece. Esto último es conocido por algunos galeristas y
críticos de arte, habiendo quienes observan obras pictóricas a través
del hueco entre los dedos de la mano parcialmente empuñada, formando un
tubo, como si miraran a través de un pequeño catalejo invisible,
enfocándose así en los detalles del cuadro de forma aislada o en la obra
completa si es necesario pero sin el entorno exterior del lugar donde
se exhibe... Demás está advertir que no todas Monalisas que se muestran en las redes son la original de Da Vinci: algunas son la copia del Museo del Prado, contemporánea a aquella, y otras más que están en diferentes partes del mundo con algunas diferencias tenues respecto de la verdadera, incluída la sonrisa.

Muchos
creen que Mickey Mouse, cuyos pantalones no tenían tirantes como se ve a
la izquierda, en realidad los usaba como se ve a la derecha.
Los tirantes de Mickey Mouse:
Desde la Walt Disney Company, proviene el caso del personaje infantil
Mickey Mouse, insistiéndose en que "todo el mundo" lo recuerda con
tirantes o elásticos de suspensores para sus pantalones, incluso
asegurando haberlo visto jugando con ellos al estirarlos con los dedos,
lo que todas luces constituiría un Efecto Mandela (uno de los más
conocidos). Debo comentar que no es mi caso, sin embargo: siempre lo he
recordado con dos botones en sus pantalones cortos y no tirantes, tal
vez porque lo dibujé muchas veces en mi vida, aun sin ser de mis
caricaturas favoritas de la infancia. Creo que el error generalizado se
explica por una situación bastante menos misteriosa: a diferencia de
como sucede con el envejecimiento real, el clásico Mickey Mouse solía
usar sus pantalones casi en el pecho en su juventud, aunque a medida que
crecía y se iba siendo desarrollado o adaptado al tiempo, se lo
humanizó incluso en sus prendas. Los dos botones del mismo pantalón
pueden dejar el remanente de percepción errada de que "algo" había en
pares en esos pantalones y bajo los hombros del personaje, y es más
fácil asociarlo -en una confusión a elementos conocidos o
convencionales- con tirantes suspensores, no así a los dos botones
gigantes inusuales en una vestimenta del mundo real. Los tirantes pueden
parecer más apropiados y estereotípicos, si nos mueve la tendencia a
identificarlo con el carácter infantil del personaje, además. Sin
embargo, no es un dato secundario recalcar algo que todos parecen haber
pasado de largo: que Mickey SÍ USÓ pantalones tipo jardinera o mameluco
en algunas ocasiones, especialmente en los cómics impresos, al igual que
sus dos sobrinos gemelos Morty y Ferdie Fieldmouse. En efecto, aunque
no se trate de un atributo permanente, Mickey apareció a veces con un
pantalón de tirantes en color azul o rojo, precisamente en ese
desarrollo del personaje y hasta décadas recientes. Más frecuentemente
lo usaron también sus sobrinos de las historietas, en varias de sus
primeras presentaciones, pudiendo ser esa la imagen retenida en la
cabeza de quienes fueron sus lectores o la conocieron siquiera,
reforzada actualmente por la confusión con los botones a pesar de la
ausencia del detalle de las tiras. Por otro lado, está la posibilidad de
que Disney incorporara esos botones al personaje quizás para hacer más
evidentes sus diferencias con el conejo Oswald ("Oswald the lucky
rabbit", o Dominguillo en el habla hispana), también de su
creación, en 1927, pero del cual perdió los derechos, potenciando así a
Mickey poco después, como su personaje principal. Mickey es muy
semejante al conejo en sus líneas y estilos, pero hay una curiosidad que
no sabemos si podría influir también en enredo: Oswald también usaba, a
veces, un mameluco con un solo tirante, al menos en parte de sus
inicios. Más tarde, cuando la Universal lo traspasó a Walter Lanz
(el mismo de "El Pájaro Loco" o "Woody Woodpecker"), éste lo modificó
bastante, agregándole pantalones con uno o dos tirantes, según la
ocasión.

Logo
de la Volkswagen, a la izquierda, en su diseño original y verdadero. A
la derecha, el logo tal como se lo entiende en la distorsión colectiva.
El logo de Volkswagen: Otra de las más famosas pruebas que se esgrimen como demostraciones del oscuro secreto que subyacería en el Efecto Mandela,
es la del logotipo de la compañía industrial automotriz Volkswagen. En
la percepción popular, se ha creído masivamente -según se argumenta- que
las letras V y W que forman la marca corporativa, estaban perfectamente
unidas en sus trazos dentro del un círculo. Sin embargo, "hoy" aparecen
separadas por una pequeña línea divisoria horizontal, haciendo
preguntarse cómo y cuándo cambió retroactivamente y hasta en sus
registros históricos, mientras la memoria general del público sigue
recordándolo unido, sin separaciones. Quienes estén familiarizados con
la Gestalt, sin embargo, podrán recordar que en la percepción funcionan
con gran determinación leyes como el Principio de Cierre (percepción de
una imagen formada por trazados aunque estos no estén completos), el de
Proximidad-Agrupamiento (percepción de objetos como parte de una misma
unidad o grupo por su cercanía entre sí) y el Principio de Continuidad
(percepción de elementos como algo continuo aunque no estén unidos). El
logotipo de Volkswagen, pues, nunca ha fusionado en su norma corporativa
las letras V y W desde la creación de la imagen en 1939, salvo para
adaptarlo a aplicaciones muy ocasionales y a pequeñas piezas o
accesorios de sus productos en los que debía ir su sello, aplicaciones
que requieren de una simplificación del mismo símbolo por cuestiones
técnicas (unidad de la pieza de metal, coherencias de diseño,
resistencia de materiales, reducción de detalles, etc.), aunque
lamentablemente, con ello se abonó a la ilusión de que "algo cambió" en
el mismo, quedando tales pruebas como vestigios del supuesto cambio.
Dicho de otra forma, el logotipo Volkswagen está diseñado para ser
percibido así, formando un mismo símbolo de letras combinadas en una
gráfica y un sello, por lo que nada ha variado en él ni necesita
hacerlo. De hecho, si hubiese sido diseñado uniendo los trazos de ambas
letras, muy probablemente no funcionaría corporativamente en su mejor
sentido y resultaría en una mala solución, dificultando el reconocer que
son las dos letras gráficamente asociadas. Por esto duraron tan poco
las versiones alternativas que ocasionalmente se produjeron del mismo
logo, además. La situación es parecida a la reducción consensuada en el
uso general del símbolo "$" (dinero, pesos) con una sola columna,
triunfando en casi todos los sistemas de caracteres actuales y dejando
atrás el de dos columnas (que originalmente representaban las Columnas
de Hércules). Además, las imágenes que se presentan en internet de
sellos de carrocería Volkswagen como evidencias residuales de que
el logo conectaba antes ambas letras, desconocen que esas piezas
metálicas regularmente solían tener el pequeño canal entre ambas muy
sutilmente trazado, en versiones antiguas y también por necesidades de
facilitar su producción y resistencia, por lo que la separación
parecería que no existe si se la mira en la distancia o se la expone en
imágenes de poca resolución.

Se
supone que, enfrentados a los dos logos de Coca-Cola, la mayoría de la
gente preferiría el de la derecha como auténtico, cuando el real es el
de la izquierda.
El logo de Coca-Cola:
Este asunto es casi lo mismo que el caso anterior. Ciertos testeos han
demostrado que la mayoría de la gente recuerda el logotipo de la
Coca-Cola incorporado desde 1905 al producto y hasta nuestros días
(salvo por el fallido período "Coke" de 1985-1987), con un visible guión
o una virgulilla entre ambas palabras del nombre en tipografía spencerian, cuando en realidad es
una pequeña línea con más apariencia de punto o raya corta, situada más
arriba de la posición normal de un guión. Es tan sutil pero apropiado al diseño (pues elimina los vacíos entre ambas palabras) que, si bien
opera en su percepción el Principio de Simplicidad (es decir, de
elementos organizados en sus formas más simples y jerárquicamente
importantes), el observador tiende a priorizar el nombre de la marca,
tal como la reconoce en la escritura: con un guión entre ambas. Basta
ese pequeño puntito ubicado arriba entre ambas palabras, muy juntas
entre sí, para que se lo reconozca como tal si llega a ser advertido.
Tenemos un ejemplo parecido acá en Chile, aunque aún no descubierto por
los creyentes del asunto: por mucho que el logo de la cadena de
supermercados "Lider" no lleve acento gráfico o tilde, la tendencia
oficial de todos modos es recordarlo o citar la marca con la ortografía
correcta de la palabra; es decir, "Líder" (al menos entre los que
conocen las reglas de acentuación).

La
golosina "Kit Kat" se presenta como está a la izquierda. Sin embargo,
el Efecto Mandela señala que el público tiende a verla con guión, como
en la imagen derecha.
El guión fantasma de Kit Kat:
Se han ofrecido como más pruebas del efecto a otros casos muy parecidos
al anterior, como es el del logo de las golosinas "Kit Kat" de Nestlé,
en este caso recordándola con un guión entre ambas palabras, el que en
realidad no existe fuera del presunto Efecto Mandela. La marca,
de hecho, está articulada en una sola palabra en su presentación gráfica
y a pesar de ser formalmente dos, separadas sólo perceptivamente por
los caracteres en alta de la letra K, es decir: KitKat.

Logotipo
de Ford, a la izquierda, tal cual ha sido históricamente. El de la
derecha, es cómo se lo tiende a recordar o reconocer, sin el rizo de la
letra F.
El rizo de la marca Ford: la colita de cerdo
o rizo en el extremo derecho de la línea vertical central en la F de la
marca corporativa de Ford Motor Company, también en tipografía spencerian, está presente desde 1912. Sin embargo,
no todos la ven ni la recuerdan, arguyéndose que pertenece a la
categoría de memorias con evidencias residuales de una realidad
alterna o alteración. En realidad, el detalle es tan suave y poco
funcional a la lectura fuera de su carácter ornamental, que muchos no la
perciben siquiera, no perteneciendo en modo alguno a las necesidades de
compresión del grafema, así que la memoria la discrimina
inconcientemente al recordar el logotipo en sus detalles más
definitivos. Además, este rizo tiene su propio contexto de origen y
existencia, para nada paranormal: se trata de un remanente de los
tiempos en que la Ford usaba gráficas publicitarias y sus dos primeros
logos muy influidos por el estilo art nouveau del movimiento
modernista, a inicios del siglo XX, muy inclinado al empleo de esta
clase de formas orgánicas, florituras y gráficas naturalistas.

Logotipo
de de Volvo: a la izquierda, el original. A la derecha, el que se
recuerda con distorsiones. Fuente imagen base: EfectosMandela.com.
El logo de la Volvo: Tal
como sucede con Ford, el logotipo de la Volvo Car Corporation de
Suecia, tiene su propia controversia. Correspondiente a la palabra Volvo
dentro de un círculo del que sobresale la misma flecha del símbolo
"masculino", en realidad el signo de Marte, esta última no es advertida o
recordada por la mayoría de los observadores, quienes describen el logo
sólo como un círculo alrededor del nombre Volvo y se asombran cuando se
les señala la pequeña flecha. El detalle está presente en la marca
desde 1928 hasta nuestros días, con un lapso ausente en una versión del
logo usado hacia los setenta y algunas adaptaciones especiales de sus
productos industriales. No tengo dudas de que, a la pequeñez del detalle
de la flecha en la parte superior derecha del logo, se suma también la
asociación involuntaria a muchos otros logos de compañías de automóviles
que son redondos y sin puntas o adiciones alterando su forma,
estableciendo por experiencia una suerte de patrón implícito que
esperaríamos encontrar en los logos de automóviles, sin habérnoslo
propuesto siquiera. Particularmente parecido al de Volvo es el logo de
Nissan, además, por lo que puede haber una confusión directa con éste,
carente de la flecha. Otros conocidos logos elípticos o redondos son los
de Mercedes-Benz, Mercury, Fiat, BMW, Volkswagen, Opel, Alfa Romeo,
Toyota y Subaru.

Personaje
de Sr. Monopoly, con y sin monóculo. El de la izquierda es el correcto;
el de la derecha es su impostor en el Efecto Mandela. Fuente imagen
base: Magnet.Xataka.com.
El personaje de Monopoly: El
personaje isotípico llamado Rich Uncle Pennybags, del juego de salón
"Monopoly" (equivalente a "Mi Gran Capital" en otras versiones del
mismo), representa a un ricachón clásico, con sombrero de copa, bigote
aristocrático y una bolsa con dinero. Empero, es recordado masivamente
con monóculo, a pesar de que no lo tiene en ninguna de sus versiones
desde que fuera creado e incorporado a las tarjetas del juego por la
firma Parker Brothers. Tampoco lo lleva en su versión de 1940, que pasó a
darle más protagonismo al personaje en la identificación de marca,
hasta hoy que es producido por la compañía Hasbro. Pero el monóculo que
todos recuerdan no apareció desde la nada, ni es resultado de alguna
alteración de la realidad: es sólo una manifestación del estereotipo que
se tiene popularmente del hombre rico, creado por la narrativa gráfica y
textual, y repetido por casi dos siglos, en donde suele estar presente
aquel instrumento ocular, propio de los señores de antaño. Quizás el
nombre del juego, "Monopoly", induzca también a asociarlo
subconscientemente con el monocle (monóculo) que algunos quisieran ver en el personaje.

Pikachú es el de la izquierda... El de la derecha es el de la versión "mandeleada". Fuente imagen base: Upsocl.com.
La cola de Pikachú: Diría que muchas creencias y ejemplos de Efectos Mandela
en el mundo gráfico o de comunicación visual, son en realidad
"correcciones" inconscientes al diseño o al aspecto de ciertos
personajes, logotipos o iconos, recordándolos como quisiéramos verlos en
realidad. La cola del personaje animado Pikachú, estrella de la
franquicia infantil "Pokemon", suele ser recordada con un diseño que no
es el real: con una mancha oscura al final de la misma. Esto puede ser
una "corrección" involuntaria posterior a la percepción, entonces:
claramente, el personaje se ve mejor con la punta de la cola negra,
además de repetir el patrón observable en sus orejas (rima visual y
coherencia gráfica), aspecto más interesante que el simple color
amarillo del resto del cuerpo que tiene en realidad. De supuesta evidencia residual, entonces, no hay mucho que asegurar en esta caricatura.
Como
vemos, muchas de las pruebas que se exponen como demostraciones
concluyentes de las "fallas" de la realidad, resultan ser perfectamente
explicables en los campos de la percepción visual, de la comunicación de
masas o de la asimilación de mensajes o contenidos gráficos. Así han
insistido majaderamente algunos no creyentes del asunto, además, a pesar
de lo poco que se los toma en cuenta en el universo internet.
Sin embargo, aún quedan muchos más casos...
Los
comunicadores saben bien que las connotaciones pueden ser más poderosas
y determinantes que cualquier contenido denotativo perteneciente al
diseño y al refuerzo de la intención de un mensaje, como vimos en parte
también con los ejemplos anteriores. La asociación es tan potente que, a
veces, incluso nos lleva a leer mal algo bien escrito o a guardarlo en
nuestro registro mental con esa carga errónea.
Recuerdo
un caso en particular, probablemente de fines de los años ochenta:
cuando comenzó a pegar fuerte en Chile el grupo metal brasileño Sepultura,
muchos rockeros e incipientes fans de la banda recordaban el apellido
de origen italiano de los miembros fundadores, los hermanos Max Cavalera
e Igor Cavalera, como Calavera, tanto por la semejanza gráfica y
fonética, por un lado, como por la connotación simbólica e implícita en
el símbolo de las calaveras, tan recurrentes y frecuentes por entonces
en la iconografía del heavy metal y estilos parecidos. Había
tipos convencidos de que el apellido era tal, de hecho, error facilitado
también por la falta de acceso a buenas fuentes y soportes de
información de esos años.
Los
casos que veremos ahora se relacionan con aquella misma clase de
equivocaciones de percepción y memoria, como podremos verificar:

La
marca Philips, con su logo a la izquierda, muchas veces ha sido
descrita como Phillips, como se ve a la derecha. El caso es que el logo y
la marca corporativa real es la primera.
El nombre y la marca Philips:
Otro logo discutido es el de la compañía tecnológica Philips, aunque en
este caso no se trata del diseño o su aspecto gráfico, sino del nombre
mismo de la compañía. Porfían algunos que Philips es más recordado como
Phillips, con dos L, no hallando explicación a la diferencia más que en
los generadores más misteriosos del Efecto Mandela. Partamos
diciendo que Philips es el apellido de la familia fundadora de la
empresa homónima, en Países Bajos, en 1891, y que existe también el
apellido Phillips, probablemente más corriente que el anterior en países
de habla inglesa. Lo más sensato es pensar, entonces, que hay una
confusión evidente entre la percepción de los apellidos más que en la
marca misma, por supuesto que inconcientemente. Por otro lado,
considérese como refuerzo o inductor al error la cantidad de verticales
de la palabra en las mayúsculas del logo, que pueden facilitar la
lectura errada si se hace en forma ligera (PHILIPS). La influencia de la
experiencia ha sido priorizada por sobre la ortografía original de la
marca, en este caso con el apellido Phillips.

La
marca de cereales para desayunos "Froot Loops" no ha cambiado desde su
origen. Sin embargo, por una confusión que supera incluso la comprensión
o retención cognitiva de su logotipo, muchos insisten en creer que se
escribe "Fruit Loops".
Los cereales de "Fruit Loops":
Se advierte que la mayor parte de los ejemplos que repasamos provienen
de la sociedad estadounidense, incluido este otro caso de Efecto Mandela
que ha sido comentado recientemente, hace pocos años. Es el de los
cereales para desayuno llamados "Froot Loops", de la firma Kellogg's,
pero que popularmente muchos identifican como "Fruit Loops". Se trata de
un sencillo juego fonético que induce al error, sin embargo: froot se presenta como una homofonía parcial de fruit,
que significa fruta, usando dos letras O para reafirmar en el logo la
forma redonda de las frutas de los sabores, en el pasado, y actualmente
los anillos de cereal del producto, con formas de ruedas de colores,
como pequeñas roscas. La traducción del nombre es "Aros de frutas", lo
que explica todo.

Se
llamaba "Looney Tunes", como se observa a la izquierda. "Looney Toons"
es un error colectivo, a la derecha. Fuente imagen base:
Quiz.upsocl.com.
El show que nunca se llamó "Looney Toons":
Históricamente, la famosa serie de dibujos animados de la Warner Bros.
se llamó "Looney Tunes" ("Canciones lunáticas"), entre 1930-1969 y en
una nueva versión iniciada en 1987. El espacio donde destacan personajes
como Bugs Bunny, Porky Pig o Daffy Duck, tenía este nombre parodiando
al de "Silly symphonies" ("Sinfonías tontas") de la compañía Disney,
producidos entre 1929 y 1939. Pues bien: resulta que una gran cantidad
de personas, principalmente en los Estados Unidos, ha estado convencida
de que el nombre de la serie de la Warner era en realidad "Looney
Toons", y ha sido otro de los más discutidos casos de Efecto Mandela detectados en los últimos años. Sin embargo, la explicación al error es casi obvia: además de la semejanza fonética de tunes y toons, hay una asociación comprensible con el concepto y el fonema cartoon, palabra del habla inglesa que define a las caricaturas animadas y que proviene del italiano cartone (cartón). De hecho, toon
es tomado por sinónimo de los personajes animados de este estilo y se
usa también como sufijo para definir variedades dentro del estilo de la
animación. La creación de la posterior serie "Tiny Toon Advertures" que
se produjo entre 1990 y 1995 presentado versiones infantiles de los
mismos personajes, además de confirmar el alcance de la expresión toon,
puede haber inducido al descrito error en el recuerdo del título
"Looney Tunes". Más aún, el primer capítulo de aquella serie se llamó
"The Looney Beginning", claramente alusivo al nombre del show más
antiguo. Casi por comodidad mental, entonces, la inclinación hace
posible la asociación inconciente de estas animaciones al nombre Toons sobre el original Tunes.

La
familia de dibujos para niños "The Berenstain Bears", ha sido objeto de
una gran cantidad de errores cambiándole el apellido por Berenstein.
Como era inevitable, hay quienes señalan esto como un evidente Efecto
Mandela y sus pruebas residuales. Fuente imagen: Blog de Atomic Buddha.
Los ositos "Berenstein":
El mismo asunto del nombre de la compañía Philips visto más arriba, que
puede operar en un campo de confusión con el apellido que le da origen,
parece funcionar para el caso de la familia de osos de dibujos y
caricaturas de literatura y videos infantiles "The Berenstain Bears",
que suelen ser llamados más corrientemente "The Berenstein Bears",
también por su parecido fonético y por la mayor presencia del sufijo
genealógico Stein, de ascendencias alemanas y judío-europeas (se traduce como Piedra),
en la comprensión popular. Cabe comentar que estos personajes fueron
creados por Stan and Jan Berenstain, quienes les colocaron su apellido
cuando publicaron el primer libro en 1962, titulado sencillamente
"Berenstain Bears". Sin embargo, que muchas veces el error haya
aparecido en guías de TV, reseñas y rotulados de videos de esta familia
de osos, ha dado pie a creer que en realidad eran de apellido Berenstein
y que algún remolino de realidad dejó tales pruebas como evidencias residuales.
A
continuación, procedo a comentar algo sobre los casos de la
comunicación de masas, fundamentalmente de cine, noticias, artes
escénicas y prensa internacional:

El
automóvil en que iba el Presidente Kennedy cuando fue asesinado,
llevaba en total seis personas el día del atentado. Sin embargo, la
creencia popular dice que sólo iban cuatro. Fuente imagen: Autofacil.es.
La cantidad de pasajeros en el automóvil de Kennedy:
Este es otro caso muy relacionado con la cultura norteamericana y las
noticias históricas. Se consulta cuántos pasajeros iban en el automóvil
del Presidente John F. Kennedy aquel fatídico día 22 de noviembre de
1963 en Dallas, y la mayoría recuerda sólo cuatro pasajeros, como
sucedería en un vehículo corriente: contando al presidente, a su esposa
Jackie Kennedy y dos personas más, distribuidos en los dos
compartimentos de adelante y de atrás del mismo. El hecho, sin embargo,
es que eran seis personas: entre los dos pares nombrados, habían otros
dos asientos ocupados por el Gobernador John Connally y su esposa
Nellie. ¿Qué sucedió, entonces? Acá hay otro problema de
percepción-retención combinada con las características técnicas de las
imágenes del magnicidio (fotografías y película), muchas ellas mal
tomadas, difusas, veloces, con acercamientos fugaces y movimientos
confusos, incluso la secuencia más famosa de Abraham Zapruder. Por otro
lado, el compartimento de los sujetos que van en la primera línea de
asientos frente al tablero, un agente de seguridad y el conductor, es
estrecho y casi oculto tras el vidrio parabrisas de la limusina al
descubierto, facilitando con ello la percepción errada en todo lo que
sea periférico al punto de concentración del interés del momento, que es
atrás en el dramático instante en que el presidente es alcanzado por
los tiros y cuando Jackie se desespera gateando por la cajuela. Demás
está recordar que Connally fue herido y, con su mujer, se inclinaron
recostados en el mismo par de asientos, hacia la izquierda, por lo que
en las vistas posteriores o laterales de la escena, parecería que el
automóvil viajaba sólo con el presidente ya asesinado y Jackie atrás, y
los dos hombres de adelante... Es decir, cuatro pasajeros a la vista del
observador.

El
llamado "Rebelde Desconocido de Tiananmén" de 1989, que muchos
recordaban atropellado por el mismo tanque que intenta detener. En
realidad, su muerte en esta circunstancia jamás sucedió. Fuente imagen:
Taringa!.
Muerte del "rebelde desconocido" en Plaza Tiananmén:
En abril de 1989, el mundo quedó expectante frente a las noticias
confusas y poco claras sobre el gran movimiento estudiantil que se había
levantado en la República Popular China, exigiendo liberalizar la
política, mayores libertades civiles y acelerar las reformas que desde
hacía una década encaminaban parte de la economía industrial china hacia
el sistema de mercados. Para el mes de mayo, unos 100 mil estudiantes y
trabajadores marchaban hacia Pekín, intensificándose las protestas en
los días que siguieron, poniendo el vilo al Partido Comunista de China y
la estabilidad del gobierno de Deng Xiaoping. La situación fue
declarada bajo estado marcial, enviándose al Ejército Popular de
Liberación para retomar el control de la ciudad, cuando la concentración
de manifestantes llegaba ya a un millón de personas. El desastre se
desencadenó en la Plaza de Tiananmén, entre el 3 y 4 de junio, y parte
del día siguiente. Sin embargo, a pesar de las restricciones y
persecución a la prensa internacional, quedaron algunas imágenes
icónicas e inolvidables de aquella sangrienta jornada, destacando la del
ciudadano chino que se pone solitariamente frente a una fila de
tanques, bloqueándoles el paso en la Gran Avenida de la Paz Eterna, a
cuadra y media de la plaza. Apodado "Hombre del Tanque" y "Rebelde
Desconocido", el registro en fotografía y video estuvo entre las
imágenes más célebres de la segunda mitad del siglo XX, alegoría del
valor del pueblo chino y de la trágica masacre. Aunque se verifica en
las imágenes y testimonios que el hombre fue sacado a la fuerza del
camino, mucho se especuló sobre su destino y nunca llegó a confirmarse a
ciencia cierta su identidad, llegando a sugerirse que acabó en un campo
de detención donde fue ejecutado, sumándose así a los entre 7 mil a 12
mil asesinados por aquella infame explosión represiva. Sin embargo, el
inefable Efecto Mandela se hizo presente y muchos de los que
estaban vivos frente al televisor en 1989, aseguraban hoy que el sujeto
fue aplastado por el tanque y que murió allí mismo, en la avenida
cercana a la plaza. Llegó a ser asombrosa la cantidad de personas
rastreadas por los adictos a estos temas, asegurando que habían visto el
triste final del hombre aplastado por la mole de hierro y sus orugas.
El cruce de cables de datos en esta creencia, puede tener su origen en
otro hecho concreto posterior: la liberación de fotografías de la
masacre, dos décadas después de sucedida, como la realizada en 2009 por
el ciudadano chino Ma Jian, ya residiendo en Calgari, Italia. La prensa
mostró al mundo las perturbadoras escenas de los manifestantes
asesinados luego que mil tanques rodearan la Plaza Tiananmén, en donde
se observan -entre otras atrocidades- restos de cuerpos aplastados por
esos mismos carros pesados. El impacto de ambas escenas, pues, puede
haber hecho simbiosis en alguna parte de la memoria colectiva y se dio
por hecho que el "Rebelde Desconocido" acabó de la misma forma.

El
espejo mágico y la reina malvada del cuento de Blancanieves, en la
exitosa versión de Disney. El personaje nunca se dirige a él como
"Espejito, espejito", pero así se ha contado el cuento tradicionalmente.
Fuente imagen: Disney Wiki.
"Espejito, espejito" en Blancanieves: Un caso ofrecido a veces como Efecto Mandela, corresponde a la famosa frase del cuento de Blancanieves, que dice "Espejito, espejito, ¿quién es la más bella del reino?",
y que todos asocian a la famosa historia. Sin embargo, ésta no aparece
en la escena de la villana mirándose en su espejo mágico en la famosa
película animada de Disney "Blancanieves y los siete enanitos", de 1937,
por lo que no ha faltado el que propone un vórtex en realidad a partir
de esta incongruencia. Empero, la explicación es sencilla: la frase "Espejito, espejito...", pertenece a adaptaciones más infantiles e inocentes hechas en el idioma castellano, y "Mirror, mirror..." ("Espejo, espejo...")
a las de habla inglesa. Las versiones fueron hechas a partir del famoso
cuento original de los hermanos Grimm (1812), pero especialmente
después del tremendo éxito de la película de Disney. El relato original,
además, era más violento y tenía algo de controversial, por lo que nos
han llegado adaptaciones, principalmente. Y fue por generaciones aquélla
la forma en que abuelas y madres contaban el cuento a sus niños, antes
de dormir, con el "Espejito, espejito...", por lo que el detalle
pertenece a la tradición oral más que a a los orígenes literarios o
cinematográficos de las versiones principales, y no a un error o pliegue
de la realidad. Es por esta razón, por cierto, que el largometraje de
Tarsem Singh de 2012, basado en el mismo cuento, lleva por título
"Mirror, mirror".

Caracterización de Frankenstein
en la más famosa y trascendente versión cinematográfica, interpretada
por Boris Karloff. Se observa que tiene los diodos o "tornillos" en el
cuello y no en las sienes, como muchos creen.
La ubicación de los "tornillos" de Frankenstein: Existen innumerables alusiones al personaje Frankenstein interpretado en el cine
por Boris Karloff, Lon Chaney Jr., Bela Lugosi y Glenn Strange, con los
mal llamados "tornillos" o "tuercas", en realidad diodos (por los que
ingresa la electricidad que lo revive) que originalmente lleva a los
lados del cuello, anómalamente colocados en las sienes o a los costados
de la frente. En realidad, esta versión con los dispositivos en la
cabeza es de ilustraciones, parodias y caricaturas del personaje en la
cultura popular, no de los célebres filmes de los años treinta y
cuarenta. Desconocemos si había algún asunto de derechos de imagen o
parecido en esta variación, pero el caso es que el Frankenstein
presentado por Karloff era un diseño propio para el proyecto fílmico de
1931, y para muchos será curiosidad que guarda escaso parecido al de la novela original de Mary Shelley.

El
asesino de la franquicia "Viernes 13", el alguna vez aterrador Jason
Voorhees (a la izquierda), suele ser representado muchas veces fuera de
su argumento fílmico, usando una motosierra que, en realidad, nunca
utilizó en la serie. La confusión o asociación se debe a otro personaje
famoso del cine terror: Leatherface. Fuente imágenes: sitios de
Espectador Errante y Tendenzias.
La motosierra imaginaria de Jason:
El caso recién descrito es parecido al del personaje de terror y eterno
asesino serial de Crystal Lake, Jason Voorhees, de la ya bastante
agotada franquicia "Viernes 13", reconocido por su icónica máscara de
hockey y su talento para alcanzar caminando a paso rápido a sus lindas
muchachas que corren a toda prisa por bosques lacustres. En la cultura
popular se lo recuerda, además de esta máscara blanca, por cargar una
motosierra con la que perseguiría a sus aterradas víctimas adolescentes,
pero la verdad es que el personaje no usó esta herramienta para
asesinar sino solamente en parodias, disfraces y alusiones que se hizo
de él en otros filmes o representaciones, muy seguramente por una
confusión o fusión cognitiva con el terrorífico asesino caníbal, también
enmascarado y descuartizador, apodado Leatherface, de la serie
de también estiradísimos filmes "La Masacre de Texas". Este criminal de
grotesco aspecto y vistiendo un coleto eternamente ensangrentado, sí se
caracterizaba por el empleo de una motosierra.

El
robot C-3PO de la franquicia "Star Wars", efectivamente apareció en los
episodios iniciales de la saga con una pierna plateada, como se ve en
esta captura. Lo poco advertido o recordado que fue en su momento este
detalle, sin embargo, ha dado pie a que sea involucrado en otro caso de
Efecto Mandela, generando grandes discusiones entre los fans de los
filmes. Fuente imagen: foro de discusión de Sep7agon.net.
La pierna plateada de C-3PO:
No todos pudieron advertir oportunamente que en la saga de "Star Wars",
el personaje del androide de protocolo llamado C-3PO, apareció con la
pierna derecha, desde la rodilla hasta el pie, de un color distinto al
resto de su cuerpo dorado refulgente: en plateado. En la mitología de
los seguidores de la serie, este chasis brillante lo recibió en
reemplazo de uno anterior y opaco, de color gris, pero la observación de
este detalle de la pierna plateada ha sorprendido incluso a algunos de
los más fanáticos seguidores de la franquicia cinematográfica. Otros más
observadores, sin embargo, sí advirtieron el detalle en "Star Wars: Una
nueva esperanza", la primera de la trilogía inicial de la saga y
Episodio IV en la secuencia temporal dramatizada. Allí se observa a
C-3PO con su pierna plateada y el resto del chasis dorado, creando una
confusión casi depresiva entre algunos que aseguran estar ante un Efecto Mandela
y han partido a revisar episodios posteriores buscando una explicación.
Bien, ya está la respuesta a este asunto hace tiempo: los productores
explicaron en diferentes ocasiones, que el androide fue reconstruido con
chatarras de robots, y la mirada completa a esto aparece en el
argumento de la serie de cómics "Star Wars Droids" de Dark Horse, obra
de Ian Gibson y Ryder Windham que forma parte de la cultura de fans
asociada a la saga. El que algunos no hayan notado que C-3PO alguna vez
tuvo una pierna plateada en algún momento entre fines del período
abarcado en la segunda trilogía (episodios precedentes en el tiempo) y
la primera trilogía (episodios siguientes a la segunda), parece
deberse a que su perfecto cromado casi siempre está reflejando el dorado
de la otra pierna en las escenas o bien los colores del entorno, cuando
aparece completo (como el paisaje desértico, de color ocre), llevando a
percibirla del mismo color que el resto del cuerpo... Un detalle
confuso, quizás poco eficaz para demostrar la compatibilidad tipo PC del
robot, o solamente para crear más variedad a los juguetes
coleccionables de los personajes (ya encontraron también la excusa para
ponerle un brazo rojo, en la tercera trilogía), aunque no cabe duda de
que relación temporal entre la primera y la segunda secuela, más las
inevitables cuerdas flojas que quedaron en la línea argumental,
realmente parecen querer provocarle un tributo a las "fallas" mareando
la realidad.

"No...
Yo soy tu padre", dice Darth Vader a un herido Lucke Skywalker en "Star
Wars: El Imperio Contraataca". La frase original ha sido recordada y
difundida, sin embargo, como "Lucke... Yo soy tu padre". Fuente imagen:
Fotogramas.es.
"Lucke, yo soy tu padre":
También en la sintonía de la franquicia de culto, está la célebre frase
con la revelación del personaje Darth Vader a su hijo Lucke Skywalker,
en "Star Wars: el Imperio Contraataca". Se la arroja como balde a agua
fría, precisamente cuando acaba de dejarlo manco con la espada láser y
el adolescente cuelga sobre el vacío interior de la Ciudad Nube. Así la
recuerdan todos, según se dice: "Lucke, yo soy tu padre"; pero, por alguna extraña razón, con el tiempo y por otra "falla" de la mátrix, la misma se habría convertido en "No, yo soy tu padre" ("No, I am your father"),
sin dejar de ser una de las más memorables y antológicas de la historia
del cine. El que muchos la recuerden imprecisamente como "Lucke, yo soy tu padre",
sin embargo, claramente tiene que ver con el contexto: en la película,
Vader le responde con ella a Lucke, quien acaba de decirle que su
fallecido maestro Obi Wan Kenobi le reveló que el asesino de su padre
había sido él mismo, a lo que éste responde corrigiéndolo: "No, yo soy tu padre".
Sin embargo, esta forma de cita de la frase no ajusta a una alusión
fuera de aquel diálogo, descontextualizada, por lo que obviamente se
alude al personaje que recibe el golpe de la revelación en el inicio, a
Lucke, como se comprendería en el extracto de un libreto dramático.
Buscarle la quinta pata o sacar conclusiones derivativas fantásticas de
algo tan simple, parece una exageración impropia de un aspirante a jedi.

Leonardo
DiCaprio recibe su primer Oscar de la Academia, en 2015. Sin embargo,
hay quienes aseguran recordar que ya había recibido uno. Fuente imagen:
La Vanguardia.
El primer Oscar de Leonardo DiCaprio:
Cuando Leonardo DiCaprio recibió un premio Oscar de la Academia en 2015
como mejor actor, por su papel protagónico del filme "The Revenant", se
dio por satisfecho un largo anhelo de sus admiradores, que había
incluido una suerte de campaña y revisión de todas las veces en que
pareció estar cerca del máximo pero esquivo premio de las artes
cinematográficas. Sin embargo, otro grupo del público comenzó a
proclamar por redes sociales que DiCaprio ya había recibido antes el
Oscar, y que lo recordaban perfectamente. La verdad es que el actor fue
nominado en tres de ocasiones por sus papeles, pero nunca lo recibió
hasta 2015: "What's Eating Gilbert Grape?" en 1993, "The Aviator" en
2003 y "Blood Diamond" en 2006. Ni hablar de muchas nominaciones a
premios de otro origen, varios de ellos logrados por el actor. La
confusión proviene de un contraste, sin embargo: la cantidad de premios
Óscar que sí han ganado varias de las películas más importantes en las
que participó cuando él aún no ganaba ninguno, como "Titanic" de 1997
(11 galardones), "The Aviator" de 2003 (5 galardones), "The Departed" de
2006 (4 galardones), "Inception" de 2010 (4 galardones), "Django
Unchained" de 2012 (2 galardones) o "The Great Gatsby" de 2013 (2
galardones). Ninguno de ellos para él hasta 2005, entonces; o al menos
no en esta dimensión o plano cuántico.

"We
are the champions", del grupo Queen. La canción es recordada por muchos
fans de la banda y del tema, con un final en su letra que no existe ni
existió en el original.
El final inexistente de "We are the champions":
De la misma manera que dijimos sucede con la gráfica y algunas
animaciones, entonces, la "corrección" de ciertas piezas del mundo
artístico, como la música, puede volverse popular y hacer creer que el
arreglo popularizado pertenece a la pieza original. Un caso comentado en
las redes es el agregado del clásico "We are the champions" del grupo Queen, que a pesar de lo conocida que es, muchos rematan repitiendo una frase del tema pero al final del mismo: la línea "of the world!"
que no se corresponde con la letra original de estudio, por mucho que
lo crean así. La línea allí repetida, pues, suena bastante bien y ajusta
sin dificultades, por lo que incluso la magnífica música de esta banda
legendaria puede ser "perfeccionada" a gusto por pequeños usos
colectivos y repetición de alguna adición, además de posible asociación
con cierres de otras canciones parecidas. Más aún, existe la posibilidad
de que el propio Freddie Mercury la haya agregado algunas veces, pero
sólo cantándola en vivo, lo que sería un origen perfecto para el mito. Y
aunque esta costumbre personalmente la abomino, el cada vez más común
agregado de los gritos festivos "Feliz - feliz" y "A ti - a ti" metidos a la fuerza en la letra del "Cumpleaños feliz", sorprenderá a muchos buscadores de Efectos Mandela del futuro, cuando descubran que no estaban en la canción original.
No pretendo arrogarme la capacidad de tener una respuesta para todos los casos que se ofrezcan sobre el asunto de las evidencias residuales relacionadas con el Efecto Mandela,
pero he dejado acá la explicación que me parece más razonable y menos
rebuscada para las principales que rondan en este momento.
Comentados
ya algunos de los casos más populares sobre las "fallas" en la realidad
manipulable y movediza, que se confirmaría con el Efecto Mandela
a juicio de quienes creen en tal teoría, creo oportuno explicar
también, que quizás ni siquiera exista algo para justificar el propio
asunto le da nombre: se podría tratar de una torpe pero inofensiva
confusión colectiva de personas, mezcla de recuerdos revueltos con la
incorporación ligera de un momento noticioso a los recuerdos, o acaso
mala comprensión del mismo en el tiempo correspondiente.
Se
recordará que en la década de los ochenta y antes aún, período en que
tantos creen que Mandela había muerto preso según se ha dicho, había una
enérgica campaña internacional pidiendo su liberación, precisamente,
que incluyó muchas manifestaciones provenientes del mundo artístico,
como sucedió con la canción "Mandela day" de la banda escocesa Simple Minds,
en 1989. La ONU y la Santa Sede venían presionando desde antes ya, para
que la segregación racial fuese abolida y convirtiendo a Mandela en el
símbolo viviente de este propósito.
Aunque
el nombre del dirigente ya era internacional, quizás la información que
permitió liberar el gobierno sudafricano sobre el activista en aquellos
años, le puso una cara y una identidad a Mandela por primera vez para
mucha gente del mundo, en aquel entonces. Acá en Chile tuvo ecos
también: la canción "Mande Mandela" del grupo musical Illapu, aunque más tardíamente que en otros ejemplos internacionales.
Creo que todo se origina, entonces, en un grupo de personas cuyo recuerdo base era anterior: el de "un activista negro que murió prisionero en Sudáfrica".
A partir de esta impresión, se construyó una historia, merced a adición
parcial de más información en el camino y de la asociación del vago
recuerdo con otros elementos noticiosos, como fue el de la figura de
Mandela siendo liberado, finalmente y en esos días; y cuatro años
después, alcanzando el primer cargo presidencial del país.
¿Cuál
es, entonces, el origen de la idea o recuerdo vago de un activista
negro muerto en Sudáfrica mientras Mandela purgaba en presidio, que
podría haber sido confundido con él y "ordenada" posteriormente hasta
quedar relacionada con su nombre?
Estoy
casi seguro de que el caso que se ha enredado con la identidad de
Nelson Mandela, es el del activista negro Steve Biko, mucho menos
conocido internacionalmente que el primero, pero muerto en confusas
circunstancias de represión y encarcelamientos a los cabecillas del
movimiento rebelde tras el levantamiento de Soweto. Biko, recordado como
uno de los iniciadores de la lucha contra el apartheid, murió
mientras estaba detenido desde agosto de 1977, tras haber sido
trasladado lesionado y en precarias condiciones desde Puerto Elizabeth
hasta un hospital carcelario de Pretoria, el 12 de septiembre. Tenía 30
años de edad al fallecer allí, recluso.
La muerte de Biko fue un escándalo internacional y se la expuso como bandera en la campaña contra el apartheid,
contra el Partido Nacional gobernante y para exigir la libertad de
Mandela. Para peor, la situación tuvo un "bis" que pudo haber influido
en el impacto de estas mismas noticias en la época: la muerte del
fundador del grupo radical negro del Congreso Panafricanista, Robert
Sobukwe, fallecido de cáncer pulmonar mientras cumplía penas por
incitación a la violencia que le habían sido conmutadas por arresto
domiciliario, el 27 de febrero del año siguiente.
En
1980, el músico inglés Peter Gabriel lanzó a las radios la canción
titulada "Biko", en homenaje al fallecido dirigente, la que fue
versionada por varios otros artistas, incluido Simple Minds a
fines de los ochenta en el álbum titulado "Street Fighting Years", el
mismo que incluye "Mandela day" (salvo que se tratara de otro "Glitch" o "Falla de la Mátrix",
por supuesto). Además, en 1987 se paseó por los proyectores de cines la
película "Cry Freedom" de Richard Attenborough, drama de fuerte
contenido político basado en un libro de Donald Woods y en el que el
actor Denzel Washington interpretaba al Biko.
He ahí, entonces, la muy posible madre del cordero: la vaguedad de la noción de que un dirigente negro sudafricano anti-apartheid
murió en prisión, que en realidad era Biko aunque no todos lo
recordaran o lo identificaran, y que acabó superponiéndose por
ignorancia, falta de información, reduccionismo y remolinos de
recuerdos, con la semblanza de Mandela.
Fiona Broome aseguraba en su sitio que recordaba incluso "noticias de su funeral, el luto en Sudáfrica, algunos disturbios en las ciudades y el sincero discurso de su viuda"
atribuyéndolo a Mandela, cuando la descripción calza bien con lo
sucedido durante el duelo por Biko, cuyo enorme funeral cargado de
discursos políticos y 20 mil asistentes, fue quizás el primero de tales
características en la historia sudafricana.
La impresión y recuerdo fallido de quienes cayeron en el Efecto Mandela,
entonces, se fundaría únicamente en un involuntario "error de
continuidad" no a nivel de la realidad y lo hechos, sino del abstracto,
en el conocimiento colectivo: la confusión sobre el hecho original y la
falta de información, atención o retención. Esto, incluyendo todo lo que
sucedió después con el aludido: su liberación, su llegada a la
presidencia, el Nobel de la Paz de 1993, la película "Invictus" que
Clint Eastwood le dedicara en vida en 2009 (con Morgan Freeman
interpretándolo) y su propia muerte en 2013.
Fue
su deceso a los longevos 95 años, precisamente, lo que puso al
corriente a muchos tan ligeramente atentos a la información necesaria,
del hecho que Mandela había estado vivo durante todo este tiempo y no
había fallecido en prisión hacía 30 ó 35 años, como creían.
Si así como suponemos acá fuese, entonces ni siquiera el Efecto Mandela
que da sustento y punto de partida a las teorías sobre las "fallas" de
la realidad simulada o relaciones paranormales en nuestra línea
espacio-tiempo, tendría méritos suficientes para ser identificado como
tal, sino más bien como otra mera confabulación involuntaria entre malas
memorias y mala información de varios individuos, y nada más.

Mandela en la juventud, ya encarcelado. Fuente imagen: Teinteresa.es.

Biko, poco antes de su muerte. Fuente imagen: nigeriansinsouthafrica.co.za.

Funerales de Biko, en septiembre de 1977. Fuente imagen: Fineartamerica.com.
En estos tiempos, en donde se ha puesto de moda el concepto de postverdad
y en donde tenemos grupos cuestionando la llegada del hombre a la Luna,
las vacunas, la forma esférica de la Tierra y hasta la propia
percepción de la realidad, debemos preguntarnos qué fundamentos
científicos están relacionados -de alguna forma u otra- con el concepto
del Efecto Mandela y la presencia autoconvincente de recuerdos sobre hechos que no resultan ser tales.
Que
la memoria humana es manipulable y no siempre confiable, es algo
repetido muchas veces. Suelen citarse como principales, las experiencias
e investigaciones realizadas al respecto por la psicóloga cognitiva
estadounidense Elizabeth Loftus, sobre la creación o sugestión de falsos
recuerdos y la incorporación de los mismos, supuestamente cristalizados
en el individuo como si fuesen reales o inducidos desde el exterior
para que los sientan como tales.
Ésta
es una discusión que aflora constantemente en toda clase de temas
relacionados con la fiabilidad de los testimonios: confirmaciones de
culpabilidad en casos de crímenes, acusaciones de abusos sexuales,
sectas religiosas, efectos del presunto Síndrome de Alienación Parental
en los hijos y hasta las declaraciones de supuestos secuestrados (abducidos)
por naves e inteligencias extraterrestres. Y aunque la legitimidad de
estos trabajos ha sido cuestionada por otros expertos, se hace bastante
eco de ellos en la divulgación de temas sobre la memoria humana y las
formas de modificarla.
Loftus
asegura, por ejemplo, que un falso recuerdo, de origen real o
implantado, se afianza en una persona por ensayo y repetición, pasando
de instancias de memoria a corto plazo hasta la de largo plazo, donde
queda almacenado como una experiencia o conocimiento de algo. Según
esto, va construyéndose en gran parte con la imaginación del propio
sujeto, la confirmación del mismo entre otros (arrastre social y un
sesgo de confirmación), incluso elementos del lenguaje utilizados (que
enfatizan o inclinan una interpretación), llegando a ser sumamente
fuerte y seguro para algunos. En otros casos, intervienen el estrés
postraumático, la mitomanía y los desórdenes del trastorno de identidad
disociativo, aunque la limitación a los experimentos y pruebas no ha
permitido un gran desarrollo de estudios al respecto.
La
interpretación errada de una situación real, en esta teoría, puede
llegar a tener el mismo resultado. Por ejemplo, un traumático y
aterrador recuerdo de haber sido atacado por el perro furioso de un
vecino, durante la infancia, puede resultar de lo que sólo fue la
brusquedad inocente de una mascota alegre, que solamente quería
interactuar con el asustado niño de visita en su patio, arrojándolo al
suelo y mordisqueándolo de forma juguetona mientras éste creía estar
bajo una auténtica agresión canina.
Se genera, de esta forma, un caso de lo que ha sido denominado pomposamente como Síndrome del Falso Recuerdo (en inglés False Memory Syndrome
o FMS), concepto acuñado en parte por el académico matemático
norteamericano Peter J. Freyd. Experimentos desarrollados por Loftus al
respecto permitieron, además, instalar en sujetos recuerdos totalmente
irreales, utilizando sólo la inducción de una memoria según explicó, al
relacionar el recuerdo falso con otros reales, y también un lenguaje que
resultara convincente, recalcando ciertos puntos y persuadiendo en
otros.
Sin
embargo, la comunidad científica no acepta aún la existencia del
Síndrome de Falso Recuerdo, y en ciertos ambientes intelectuales es
completamente rechazado. Pesa mucho en su contra, además, que parte de
sus orígenes estén en la Fundación del Síndrome de la Falsa Memoria,
creada por Freyd junto a su esposa Pamela en 1992, tras haber sido
acusado de abusos sexuales por su hija Jennifer, desarrollando desde
allí toda una campaña defensa, alegando inocencia y señalando que éste
sería un caso extremo de falsos recuerdos. Otros padres acusados de
similares cargos forman parte de la fundación, en la que participa
también Loftus, pero eminencias como el doctor experto en traumas
infantiles, Charles Whitfield, aseguran que la propuesta del síndrome es
sólo una excusa y una estrategia de la defensa de esos padres acusados
de abusos sexuales contra sus propios hijos, atrincherándose en estudios
que comenzaron a hacerse sobre esta clase de agresiones en los años
ochenta.
Ahora bien, ¿cómo podría suceder que varias personas compartan un falso recuerdo o una convicción irreal sobre algún hecho, un Efecto Mandela,
más allá de la existencia del supuesto síndrome? En psiquiatría se lo
llamaría algo así como la fabulación y la confabulación colectiva, que
se explica por la condición adaptativa del cerebro humano, alcanzando
también la forma en que se almacenan los recuerdos.
La
fabulación, descrita por los estudios del psiquiatra suizo Adolf Meyer,
consiste en la creación de una historia irreal por parte de un
individuo, que llega a ser narrada y explicada por él como si se tratase
de algo real. Sucede mucho, por ejemplo, en el caso de la mitomanía.
Algunos programas de televisión hasta se han dedicado a desenmascarar
sujetos adictos a fabular y a fabricar una imagen irreal de sí en las
redes sociales, haciendo caer a incautas víctimas que llegan a
establecer relaciones emocionales con la fantasía que se les ofrece.
La
confabulación, en cambio, se manifiesta en historias o fragmentos de
historias que una persona crea inconcientemente para completar o
rellenar vacíos de memoria, a veces olvidándolos rápidamente después de
haberlos creado y revelado, pero en otras persistiendo cuando se deja
registros de ella o se requiere recordarla o repetirla fuera de la
situación puntual en que aflora o en la que fue compartida. Forman parte
de una distorsión del recuerdo, en ciertos casos asociada a trastornos
mentales cuando son recurrentes, pero en otros perfectamente normales.
Del mismo modo, en algunos casos son hechos reales mal recordados y
desplazados en su contexto de tiempo y situaciones, y en otros carecen
de toda base de realidad.
La
creencia genuina en un falso recuerdo parece compartida por otras
personajes que pasaron por el mismo error de ordenamiento en los
archivos mentales de recuerdo. Puede ser, entonces, que estemos
enfrentados a una confabulación colectiva e inocente, con el ostentoso
mote de Efecto Mandela.
Obviamente, los defensores de las teorías sobre manipulación dirigida de la realidad cuyas "fallas" provocarían casos de Efectos Mandela, mantendrán otra explicación mucho, muy diferente.
Mensajes recuperados desde el lugar original de publicación de este artículo en el sitio URBATORIVM (PARTE I):
ResponderEliminarPablo5 de abril de 2018, 23:20
Con lo de We Are the Champions, me imagino que te refieres al final de la canción, porque en el estribillo sí aparece la frase "of the world"
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ojo humano6 de abril de 2018, 00:46
OH!!!, he quedado sin aliento con tanta lectura.
Por cierto, fabular es parte de lo entretenido en las sobremesas con amigos. Sin duda si pasa de ahí se torna más complejo el asunto.
Gran trabajo, felicitaciones.
Qué paciencia.
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f
rancisco zaldumbide chile9 de mayo de 2018, 17:50
bueno, muy bueno
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francisco zaldumbide chile9 de mayo de 2018, 17:51
bueno muy bueno.
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francisco zaldumbide chile9 de mayo de 2018, 17:56
bueno muy bueno
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PARTE II:
ResponderEliminarUnknown16 de mayo de 2018, 17:07
Da gusto leer algo con tanta racionalidad y explicación. Muy buen artículo. Aquí esta la solución de todos los efectos mandela bien explicados. ;)
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el joaco16 de mayo de 2018, 22:28
Si todo esto según usted es mala memoria colectiva ¿por qué el recuerdo es tan selectivo? Explíqueme esto entonces: de este video quiero que explique cómo nos trasladamos desde el brazo de Sagitario al brazo de Orion dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
https://www.youtube.com/watch?v=aO3Qk5gif2k
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Criss Salazar16 de mayo de 2018, 23:33
Estimado: partamos diciendo que es bastante dudoso que pertenezca a los "recuerdos colectivos" la comparación de datos sobre la ubicación de la Tierra en el Brazo de Orión o Sagitario, cuando con suerte la gente quizás sepa que nuestro planeta pertenece a la Vía Láctea. Si piensa que exagero, busque los resultados de la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología de FECYT (España): 1/4 de la población sigue creyendo que el Sol gira alrededor de la Tierra. En segundo lugar, no soy versado en astronomía pero puedo hacer notar que hasta hace no mucho, no había real consenso entre los astrónomos respecto de si el Brazo de Orión era independiente o bien si era una prolongación del Brazo de Sagitario-Perseo, haciendo un "puente" (vea este esquema: https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Espiral_de_la_V%C3%ADa_L%C3%A1ctea.svg). Precisamente por hallarse allí nuestro Sistema Solar, en el Brazo de Orión o Brazo Local antes comprendido como posible extensión del brazo mayor, ambas descripciones sobre la ubicación de la Tierra y separadas por más de 30 años entre sí, según parece, son válidas para la astrofísica. Sólo en tiempos muy recientes, hará unos 5 o 6 años, comenzó a plantearse con más seguridad la independencia y autonomía del Brazo de Orión, como uno menor. Finalmente, observemos que existen otros ejemplos en la propia astronomía que, en una mirada ligera, pasarían también por "glitches de realidad" o "efectos Mandela": 1) muchos siguen llamando -por lapsus o por error- como "Cinturón de Perseo" al Cinturón de Orión, y popularmente muchos desconocen todavía que corresponde a la misma agrupación que es llamada "Las 3 Marías" o "Los Reyes Magos"; 2) La Cruz del Sur no se ve en el Hemisferio Norte, pero a nivel popular muchos la confunden con otra cruz estelar que sí se ve de ese lado del mundo, llamada Cruz del Norte o del Ganso; y 3) Los planetas del Sistema Solar eran 9 hasta 2006, cuando se acordó considerar a Plutón un planetoide enano diferente de lo que es, en rigor, un planeta. Nada ha cambiado materialmente en ninguno de estos casos, sólo el conocimiento que despeja y diluye equivocaciones e interpretaciones erradas, y su reflejo en los registros históricos correspondientes a cada época.
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PARTE III:
ResponderEliminarRichard10 de agosto de 2018, 10:05
¿Y cómo se explica que hace casi veinte años nuestra galaxia era de tipo espiral regular y actualmente está catalogada como de tipo espiral barrada (y siempre ha sido así, según la información que encuentro en internet)? Menciono esto porque fue lo que me sacudió y me hizo creer que el fenómeno es real. Además, la galaxia de Andrómeda actualmente está en trayectoria de colisión con nuestra galaxia, cuando anteriormente estaba alejándose debido a la expansión constante del universo... Yo entiendo cómo funcionan los fenómenos de la memoria, pero estoy seguro que los datos que acabo de mencionar son muy difíciles de confundir...
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el joaco16 de mayo de 2018, 22:29
Si todo esto según usted es mala memoria colectiva ¿por qué el recuerdo es tan selectivo? Explíqueme esto entonces: de este video quiero que explique cómo nos trasladamos desde el brazo de Sagitario al brazo de Orion dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
https://www.youtube.com/watch?v=aO3Qk5gif2k
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el joaco16 de mayo de 2018, 22:29
Si todo esto según usted es mala memoria colectiva ¿por qué el recuerdo es tan selectivo? Explíqueme esto entonces: de este video quiero que explique cómo nos trasladamos desde el brazo de Sagitario al brazo de Orion dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
https://www.youtube.com/watch?v=aO3Qk5gif2k
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Unknown13 de junio de 2018, 18:05
me puedes comentar sobre el pensador de rodin??
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tu-ARTE23 de octubre de 2018, 18:04
https://youtu.be/YUhtV9mCsrA chequea esto
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Unknown16 de septiembre de 2019, 02:02
amigo Unknown vi tus videos y me has dejado sorprendido yo si creo que el efecto mandela es real y por lógica la estatua del pensador se recuesta la frente con su puño no con la mano abierta en la barbilla por lógica y comodidad el hombre tiende a cerrar la mano cuando recuesta su frente de ella para pensar todo parece ser cambiado yo incluso he llegado a pensar que alguien pudo viajar en el tiempo y cambiar las cosas a su antojo como si fuera un juego
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PARTE IV:
ResponderEliminarUnknown18 de julio de 2018, 19:06
Luego de leer esta biblia, encuentro que es muy arrogante de tu parte indicar que el efecto mandela es falso al 100%, debido a que si ya modificaron algo del pasado no es posible que lo compruebas, no hay como. Actualmente la fisica cuantica habla de multiples universos compartiendo en el mismo plano. Seguramente eres de Conce y por eso eres así.
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Fanworld23 de septiembre de 2019, 17:52
lo de los universos paralelos es ridiculo
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Unknown22 de agosto de 2018, 23:31
Siempre marte fue más grande que la tierra y hoy no la tierra es el doble del tamaño de marte
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tu-ARTE23 de octubre de 2018, 18:02
https://youtu.be/YUhtV9mCsrA Encontre ese videito por ahi, al parecer el productor del anuncio estaba medio loco. Miren que gracioso la mujer del escritorio imita lo que ve luego cambia a pose del actual. Si es jugando con nuestras mentes y todo es montado,se esta gastando mucho dinero!!!
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Unknown2 de diciembre de 2018, 23:14
¿Y como explicarías al Pensador de Rodin, que ahora va con la palma abierta en lugar de tener su puño cerrado como lo recuerdan la mayoría de los mortales?
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Criss Salazar2 de diciembre de 2018, 23:31
Fácil: el pensador de Rodin nunca tuvo la de mano empuñada y cerrada sobre la cara. Esas fueron unas versiones publicitarias cinematográficas. Y como la mayoría de los mortales conoce más de televisión que de arte, se quedaron con la impresión de que la escultura original tiene la mano como aparece representada en esas versiones libres.
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PARTE V:
ResponderEliminarUnknown27 de diciembre de 2018, 22:55
Y que pasó con la manzana de Adam que tenía shaggy el de scooby doo y ahora sale con el cuello liso?
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Unknown27 de diciembre de 2018, 22:59
Yo cuando aprendi a leer tenía un televisor y decía phiyips en vez de Philips porque lo recuerdo con dos L y el pensador si tenía la mano cerrada en la frente hasta hace poco la tenía vas empuñada entre la mejilla y los labios y ahora la tiene abajo de la mejilla
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Unknown27 de diciembre de 2018, 23:02
Yo recuerdo a Tom cruise perfectamente bailando con lentes de sol no soy loco y no me vengas con que era en parodias porque esa es la escena más famosa de el
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ANDI11 de abril de 2019, 17:16
podrias explicar los cambios en la biblia king james version. palabras y errores gramaticales. se supone que era una joya en literatura...
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ANDI11 de abril de 2019, 17:16
podrias explicar los cambios en la biblia king james version. palabras y errores gramaticales. se supone que era una joya en literatura...
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Carmen Julia8 de noviembre de 2019, 19:51
Hoy estaba viendo una serie chilena de los 80, "El día menos pensado" T3E15 en el minuto 10:23 se ve perfectamente el logo de Volkswagen con ambas letras unidas y no separadas, como se supone que es. ¿Alguna explicación No Mandela?
https://www.youtube.com/watch?v=m3JSsKoUvAE
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yiltricox27 de diciembre de 2019, 01:44
haaaa... y me puedes explicar el karate Kid el cintillo del sol naciente.... que ahora es una flor de loto?.... ese es uno de los efectos mandelas junto con el de Tom Cruise (lentes y camisa blanca ahora sin lentes y camisa rosada), o el del exorcista de la sonda en la nariz?... explicaciones hay muchas, pero que nos convenzas a los que estamos locos y la misma locura bordea la estipidez
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Criss Salazar27 de diciembre de 2019, 11:51
Nadie te ha tratado de loco ni de estúpido. Simplemente, no observaste bien y quiza no sepas investigar hoy. Tomaré tu propio ejemplo, y que tengo una experiencia personal con el mismo: el pañuelo de Karate Kid siempre fue la flor, y lo sé porque también se vendió acá para los engrupidos con la película. De hecho, me resulta bastante conocido: tuve un compañero de colegio que llevaba uno de esos paños con él, siempre, así que lo tuve en mis manos más de alguna vez. Por la forma en que el personaje lo dobla para colocarlo en su frente, muchos confunden ahora su diseño con el más popular y conocido pañuelo Kamikaze, usado también por algunos artistas marciales. Por esto último apareció en algunos pósters promocionales del filme, a pesar de no ser usado por el protagonista en las escenas principales de éste. Ojo: las portadas de cine siempre se han tomado bastantes libertades creativas en sus ilustraciones, sino mira el arma de fantasía que, en esos mismos años, le ponían en las manos a Rambo II: https://m.mudah.my/view?ad_id=61661980&o=1... ¿Eso signigica que la realidad "cambió" y que le modificaron ese armatoste por un lanzacohetes, en el filme? Karate Kid no es más que otro mal ejemplo especulativo y falto de rigores para tratar de verificar el Efecto Mandela.
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PARTE VI:
ResponderEliminarAlejandro C21 de enero de 2020, 23:49
Al final es un tema como dices de Gestalt, el cerebro completa información que no existe para construir un todo acorde a la lógica.
Lo que me produce risa es que después de que muestras con evidencias claras la realidad la gente sigue insistiendo en que el error no es error. Prefieren quedarse con el error a aceptar algo normal del cerebro humano y eso explica porque hay tanta gente que le llena los bolsillos a charlatanes de distintas clases.
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MATEMÁTICA DISCRETA24 de mayo de 2021, 10:44
Solo te diré lo siguiente, en el caso de LOONEY TOONS, yo siempre lo he recordardo asi, y se me hizo raro cuando hace un tiempo apareció en mi tv LOONEY TUNES, crei que se habia modificado o algo asi (cabe aclarar, aue hasta ese entonces, yo no conocia la palabra TOON). Ahora me doy con la sorpresa que no era la unica persona que pensaba que era TOONS, y como te mencioné anteriormente, desconocía de la palabra TOON, por lo que en este blog no he encontrado una respuesta, tampoco creo eso de linea del tiempo, eso es algo muy loco xD, pero si quiera tener una buena explicacion, y asi sucede con otros ejemplos que en este blog se menciona, da buenos fundamentos, pero, en mi caso carece de sentido, ya que mas se basa en que hemos visto otras cosas... Y en el ejmplo que te puse, yo no soy fan de la tv :v
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miguel26 de junio de 2021, 23:38
el mapa de italia tambien ha cambiado, sicilia era mas pequeño y estaba bastante mas abajo del la bota
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