BILLIE RITCHIE: ¿UNA POSIBLE ESPINA EN LA ORIGINALIDAD CREATIVA DE CHARLES CHAPLIN?
Caracterizaciones del personaje de Billie Ritchie en sus presentaciones.
Nota: artículo del año 2015.
Confieso
que me incomoda bastante abordar esta clase de temas, no por la enorme
pasión que muchos profesan por la figura de Charles Chaplin y su
personaje estrella, sino particularmente por mi encanto personal por
toda aquella época romántica de la comedia muda y en blanco y negro,
además de sentir que casi ofendo la admiración que admito tener por la
actriz Geraldine Chaplin, hija del célebre comediante, a quien considero
una de las más grandes figuras femeninas de toda la historia del cine.
Sin
embargo, no puede negarse que Chaplin carga con sus propias leyendas
negras, que ni siquiera pudieron ser eludidas en la conocida película de
1992 sobre su vida, dirigida por Richard Attenborough. Historias sobre
una liberada vida sexual, sobre su visión cruda de los negocios, sobre
su trato al prójimo y las que aquí abordaremos, en los peores chismes
cuestionan incluso su aplaudida genialidad proponiéndolo más bien como
un plagiador, que tomaba para sí las rutinas de artistas menos conocidos
o que se apropiaba de temas musicales que no eran famosos en la cultura
angloparlante.
Al
igual que sucede con Thomas Alba Edison, Howard Hughes, Ernest
Hemingway, Jimmy Page y tantos otros personajes de distintas disciplinas
popularizados por la cultura de masas, un enfoque en tramos precisos de
su vida permitiría presentar a cada aludido como un héroe o como un
verdadero canalla, dependiendo muchas veces de la propia intención del
observador. Y ya se sabe, además, que así como despierta pasiones,
Chaplin también fue hervidero de odios, especialmente en cuestiones
políticas, por lo que se debe ser extraordinariamente cauto al abordar
estos temas y cotejar las fuentes.
Sin embargo, en este caso particular hay sobrados argumentos para advertir el parecido innegable de su personaje Charlot
-así apodado originalmente por los franceses- con uno que, al parecer,
habría sido bastante anterior y perteneciente a un colega suyo de los
tiempos de presentaciones en los escenarios británicos. Si esto fuera
real, Chaplin sólo lo habría tomado dándole algo de ternura y haciéndolo
pasar por enteramente suyo, mientras el círculo de hierro y los
admiradores del famoso e influyente actor se habría dedicado a
desprestigiar al verdadero precursor, acusándolo hasta nuestros días de
"plagio", presentándoselo como un mero "imitador" y vertiendo en los
libros referencias que resultan claramente injuriosas en muchos casos.

Ritchie, siendo muy joven.
CHAPLIN Y LOS PLAGIOS
Tal
vez haya algo de mito y realidad en todo este asunto, por supuesto:
rumorología y suposiciones a partir de hechos demostrados que
complicaron alguna vez a Chaplin, como cuando perdió un juicio con el
compositor español José Padilla que lo demandó por apropiarse de su
cuplé "La Violetera" en el filme "City Lights" de 1931, o cuando su
propio amigo el conocido músico francés Charles Trenet lo acusó de lo
mismo, a causa de las semejanzas de una de sus canciones con otra que
aparecía en su última película importante, titulada "A Countess from
Hong Kong", de 1967. La paradoja es que Chaplin y sus abogados eran
extraordinariamente quisquillosos con los copiones y los plagiadores de
su personaje, como veremos, protagonizando varios pleitos judiciales con
imitadores que trataron de parasitar su fama e inducir a confusiones
para sustituirlo y vivir a expensas de su fama.
Sobre el origen de su cotizado personaje que sólo llamaremos Charlot para
distinguirlo del actor, informa Chaplin en sus memorias de 1964, que la
caracterización y el maquillaje que lo llevaron a la fama mundial,
nacieron cuando debía crear para sí una imagen para su papel en el corto
"Mabel's strange predicament". Ésta fue su verdadera primera película
con el vagabundo Charlot pero, como su estreno fue sólo un par de
días después del de "Kid auto races at Venice" en febrero de 1914, no
pudo ser el primer filme que presentó al mundo dicho personaje, quedando
el privilegio en la segunda nombrada y que en realidad se había rodado
después. Eran películas de Henry Lehrman, por supuesto, cuando Chaplin
aún trabajaba con este controvertido productor de cine. Se recordará que
tenía un filme anterior estrenado a inicios de ese mismo mes, "Making a
living", pero hay un gran detalle en él: no aparece como el Charlot
que todos reconocerían, sino que encarna más bien a un falso
aristócrata que trabaja como reportero, en un rol que Chaplin llegó a
odiar según sus palabras. Dice así del surgimiento de su alter ego en esa experiencia, en su autobiografía:
No
tenía idea de qué maquillaje colocarme. No me gustaba mi personaje de
un reportero. Sin embargo, yendo hacia al camarín pensé en usar
pantalones bombachos, zapatos grandes, un bastón y un sombrero de hongo.
Yo quería que todo se viera desajustado: los pantalones sueltos, la
chaqueta apretada, el sombrero pequeño y los zapatos enormes. Estaba
indeciso entre fingirme joven o viejo, pero recordé que Sennett quería
que aparentara ser alguien más maduro, agregué un bigote pequeño que,
según pensé, me daba más edad sin tapar mi expresión.
Con un personaje tan característico y tan reconocible, y así como ocurriera también a Buffalo Bill, el payaso Tony Grice, Cantinflas,
Elvis Presley y tantas otras estrellas que debieron lidiar con
impostores o copiones, Chaplin también enfrentó a los imitadores que
incluso realizaban prácticas engañosas de promoción de sus shows y malas
películas apócrifas, eso sin contar el esfuerzo adicional que debía
desplegar para detener material pirateado, ediciones maliciosas de sus
grabaciones y otras prácticas mañosas de la entonces aún floreciente
industrial del cine. Al mismo tiempo, los Chalots "alternativos"
eran tantos que, como sucedió en una ocasión ya convertida en leyenda,
el propio Chaplin asistió a un concurso de imitadores de su personaje y
quedo en tercer lugar, historia que habría sido confirmada años después
por su hijo Charles Chaplin Jr.
El
más famoso de sus imitadores fue, en su momento, el inmigrante ruso Roy
B. Weissburg, quien usaba el nombre Billy West desde llegado a suelo
americano. También fue el más temido, pues su talento y su parecido
realmente hacían que algunos lo confundieran con el auténtico. Todavía
hay algunos lesos que caen en la trampa de West y creen que es el
verdadero Chaplin quien aparece en el filme "The Rogue", junto a Oliver
Hardy. Se habla también de supuestas denuncias contra los directores
Joseph y Jacob Seiden tras intentar un proyecto cinematográfico con un
tal Charlie Chaplinsky, y otras copias u "homenajes" reportados
en actores como Bobbie Dunn, Ray Hughes, el adolescente Ben Blue, Willie
Howard, Bob Hope, Charlie Rivel, Steve Duros, un tal Charlie Kaplin en Alemania y uno apodado Cardo
en España. Hasta hubo ciertas excentricidades, como un niño inglés
imitador llamado Bertie Lockwood, la muchacha de nombre Minerva Courtney
y un falso Charlot en Japón personificado por un actor nipón.
Incluso, hay quienes acusan al consagrado Harold Lloyd de haberse basado
en el trabajo de Chaplin para crear su famoso personaje Lonesome Luke.
A
veces es difícil distinguir cuáles de todos ellos eran imitaciones
inocentes, u "homenajes" o derechamente abyectas suplantaciones, por
supuesto, de modo que el estudio de abogados de Chaplin siempre se
concentró en los abusadores y los impostores que lucraban parasitando su
celebridad internacional.
El
principal caso llevado a la corte fue contra el actor mexicano Carlos
Amador o también llamado a veces Charles Amador y Charles Edward
Amadour. Si bien era de escaso parecido físico con el Charles Chaplin
original, asumió ladinamente el alias Charlie Alpin en 1916, protagonizando después el filme "The race track" de la Western Feature Productions,
que resultó ser una penosa y descarada copia de la película "The Kid"
de 1921, famosísima por su argumento y su célebre fotografía promocional
donde Charlot aparece sentado en una puerta junto al pequeño niño actor Jackie Coogan.
El
proceso contra Amador y la productora iniciado en 1925, fue breve pero
tedioso, aunque de alguna manera fue lo que permitió a Chaplin
establecer formal y oficialmente que Charlot era de su total y
exclusiva creación, obligando con ello al impostor a alejarse a su
México natal y sobrevivir haciendo imitaciones más quitadas de bulla del
mismo personaje, aunque volviendo de vez en cuando al cine con el mismo
muñeco en el cuerpo, pero ya no más con el nombre de Charlie Alpin.
Según la traducción presentada en el libro "Chaplin en imágenes" de
editora de Fundacio Caixa de Pensions, publicado en 2007 en España, los
abogados de Chaplin establecieron lo siguiente en aquel juicio:
...el
demandante ha llevado siempre un atuendo particular y característico,
que consiste en un bigote de una forma muy especial, un sombrero viejo y
ropa y zapatos gastados, y siempre con el mismo estilo, en concreto, un
bombín gastado, un chaleco mas ajustado, una americana demasiado
estrecha, unos pantalones y unos zapatos demasiado grandes y un bastón
flexible que hace oscilar y dobla al interpretar el personaje en sus
películas. Esa vestimenta y esos accesorios, así como la forma de
llevarlos y de utilizarlos, los combinó y organizó por vez primera el
demandante, de modo que fue él mismo quien los utilizó por vez primera
en una película. El conjunto, combinado y utilizado de esa forma,
caracteriza al demandante en el papel que ha creado y lo identifica como
'Charles Chaplin', nombre con el que es conocido y reconocido en todo
el mundo por los aficionados al teatro y al cine y la gente en general.

Charles Chaplin, caracterizado.

Billie Ritchie, caracterizado.
EL CASO DE BILLIE RITCHIE
Pero,
¿en realidad era suyo el personaje, totalmente? Hay posible evidencia
que no favorecería mucho la idea expresada por Chaplin y sus abogados
por los derechos de autor, y que también llegó a la prensa de
espectáculos haciendo tomar posiciones en uno u otro sentido al público
de aquellos locos años del Charleston, de la Gran Guerra y de las primera dinastía de chicas vamps iniciada con la oscura y audaz Theda Bara.
El caso de marras es bastante distinto al de los Chaplines
"chantas" que se aparecen en la época del gloria del personaje, por
mucho que sus biógrafos y admiradores actuales todavía se empeñen en
tirarlo al mismo saco de descalificación. El espinudo tema, además, ha
sido abordado por expertos en historia del cine como Jon Burrows, y de
alguna forma presenta ciertas similitudes con controversias parecidas
como la que se señala entre la figura de Jean Eugène Robert-Houdin y su
aparente imitador mucho más afamado Harry Houdini (Erich Weiss) quien, a
su vez, también generó sin quererlo toda una actividad de impostores y
copias.
William
"Billie" Ritchie, protagonista de esta historia con guión de vida real,
había nacido dentro de una familia de artistas de variedades de
Glasgow, Escocia, el 14 de septiembre de 1878. Se inició muy
tempranamente en las artes escénicas serias y también las humorísticas
en Inglaterra, hacia 1887, actuando incluso en el Theater Royal de
Plymouth. Se cree que en estas actividades, precisamente, habría
conocido a los hermanos Charles y Syd Chaplin como parte de las mismas
temporadas de presentaciones y giras. Sus vidas ofrecían varios
paralelismos, como la precoz introducción en las tablas y las relaciones
familiares con el espectáculo.
Ritchie
viajó a los Estados Unidos con la compañía de teatro de variedades,
donde seguiría haciendo presentaciones de la pantomima, vodevil y
comedia en vivo. Aunque para hacerse un nombre más allá de su patria
había sido fundamental la influencia del productor musical inglés Fred
Karno y su compañía Karno Fun Factory & Comedy Troupe, donde trabajaba Ritchie, fue en América donde el actor conocería al director de cine Henry "Pathé" Lehrman, de los estudios Universal, quien lo invitó a dejar el elenco y trabajar en cortos fílmicos mudos en 1914, primero bajo alero de L-KO Kompany y luego de la Fox-Sunshine de Los Ángeles, la mayoría de dichos rollos lamentablemente perdidos o destruidos.
Lehrman
no era un personaje muy querido dentro del ambiente de Hollywood, sin
embargo. Se le imputaban prácticas de escrúpulos dudosos y políticas
profesionales poco plausibles. En algún momento de su dilatada carrera
también trabajó con comediantes como Charlie Chaplin y El Gordo
Roscoe Arbuckle, quienes no se llevaron la mejor opinión del
profesional. De hecho, había roto con ambos hacía poco, y Chaplin ya
comenzaba a dirigir sus propias películas en aquel momento, actuando
Arbuckle a varias de ellas. Aún así, había bastante de experiencia
"chaplinesca" reflejada en los cortos que comenzó a rodar con el nuevo
actor. Ingenuo y mal asesorado, además, Ritchie confió ciegamente su
futuro a Lehrman, en lo que se reseña en ciertas biografías como un
error de su parte que acabaría perjudicándolo y, de hecho, llevándolo a
la muerte como veremos.
Durante
el mencionado juicio del caso "Chaplin vs. Amador", además, Lehrman
intentó sacar provecho de la disputa y sostener que el personaje de Charlot
tenía mucho que ver con aportes suyos, revelación hecha ya en la época
en que se había enemistado Chaplin. Sin embargo, Ritchie había sido
enfático en señalar unos años antes que su personaje y su
caracterización ya estaban en uso para el tiempo en que presentaba con
la compañía de Karno un sketch titulado "The mumming birds" para el English music hall,
rol en el que estuvo caracterizando al borrachito protagonista antes
que Chaplin se incorporara también al mismo elenco y asumiera el
personaje, relevando al comediante de mayor edad. Prácticamente la
totalidad de las características de dicho personaje al momento de ser
encarnado por Chaplin en la compañía, decía Ritchie que habían sido
definidas y desarrolladas por él mismo.
La
popularidad comenzó a sonreír a Ritchie gracias a los primeros cortos
que llevaron su nombre ese mismo año de 1914: "Love and surgery",
"Partners in crime", "The fatal marriage" y "Lizzy's escape", en los que
compartía cámara con actores como Louise Orth, Fatty Voss, Gertrude
Selby y el propio Lehrman. Su personaje de fantasía era llamado Bill Smith, y se lo definía como El hombre de la nada.
Correspondía una especie de sujeto de comportamientos toscos y
agresivos, además borrachín y aventurero que siempre acababa cayendo en
situaciones hilarantes. Su adicción al alcohol y su infortunio quizás
eran lo más característico y definitivo del bebedor personaje,
curiosamente creado y desarrollado por un actor que era un estricto
abstemio. También tenía ciertos elementos acrobáticos y de riesgo en sus
rutinas, parecidas a las proezas que ofrecerían Harold Lloyd y Buster
Keaton.
Lo
más asombroso de Ritchie es que su caracterización semejaba mucho o
acaso era la misma de las personificaciones hechas por comediantes como
Laurel y Hardy (quienes también se relacionaron en algún momento
posterior con la compañía de Karno, en el caso de Stan Laurel
reemplazando a Chaplin) pero, muy especialmente, a Charles Chaplin,
creándose así una controversia de autoría que aún no está resuelta y que
sigue haciendo sangrar las pasiones de los cinéfilos. En efecto, el
parecido del traje, el maquillaje, el sombrero bombín y el mostacho de
los personajes es totalmente intrigante, y cuesta creer que se trate de
una coincidencia o de algún estereotipo de la época que pudiese provocar
una inspiración común. Salvo por pequeños detalles y el diseño de tela
en ciertas prendas (dependiendo de las apariciones), la intención de
ambos visualmente es casi la misma.
Por
otro lado, el que Ritchie haya comenzado a aparecer en la pantalla sólo
unos meses después de hacerlo Chaplin y bajo dirección de Lehrman ya
vuelto enemigo de este último, ha ayudado a fomentar la creencia de que
sólo se trató de un plagio dirigido, de una especie de "parche" del
Chaplin original. Las confusiones en aquel momento fueron tales que,
según la leyenda, los censores europeos creyeron que ambos actores eran
la misma persona. Uno Asplund dice en "Chaplin's Films" que, de hecho,
en Suecia ambos personajes fueron confundidos y las películas de Ritchie
aparecieron rotuladas como de Chaplin. Lo mismo sucedería con los
filmes del comentado imitador Billy West.

Ritchie en escenas de sus películas.

Otras imágenes de sus cortos.
SEMEJANZAS CONTRA DIFERENCIAS
Aunque parte de la popularidad del comediante escocés se debía precisamente a su semejanza y paralelismo con ese Charlot
tocando velozmente las estrellas, parece que la historia real fue
bastante distinta a la que con tanto simplismo indican algunos autores y
biógrafos desacreditando a Ritchie como simple y vulgar copión. Si bien
en Bill Smith y en Charlot hay elementos que provienen de
la cultura circense con el payaso-mendigo, personaje llevado a su
consagración internacional por el extraordinario clown Emmett Kelly (con su maquillado alter ego llamado Weary Willie),
ha sido cuestión de largo debate el quién parece haberse inspirado en
quién, tomando como referencia fundamental la línea de tiempo y la
anterior experiencia de ambos en la compañía británica de humor.
Sin
embargo, las diferencias sustanciales podían hallarse en detalles como
la actitud general y ciertos rasgos histriónicos de los personajes de
cada uno: el de Ritchie carecía por completo de la inocencia infantil
del de Chaplin, pues siempre tenía el ceño fruncido, tendía más a los
golpes y aunque sus "paradas" eran prácticamente iguales, la
gesticulación y expresiones faciales guardaban ciertas diferencias
notorias. Empero, ello no quita que movimientos del bigote, giros del
bastón, actitudes, forma de caminar y algunos gestos comunes llenen de
legítimas dudas y sorpresas la capacidad de suspicacia, partiendo por la
innegable similitud del maquillaje y las prendas.
La
opinión más generalizada entre los biógrafos de Chaplin sigue siendo en
nuestros días la de señalar a Ritchie únicamente como otro de los
varios imitadores de su personaje Charlot y con los que los
representantes del inglés tuvieron los mencionados conflictos por
cuestiones de derechos. Sin embargo, estos mismos promotores de Chaplin
se apresuran a establecer con frecuencia las diferencias sustanciales en
el carácter de ambos personajes, señalando al de Ritchie por sus
particularidades de personalidad: un cascarrabias, agresivo, bebedor e
intencionalmente carente del encanto que explotó tan bien el director y
comediante de "Modern times", por lo que la supuesta "copia" que se
adjudica al actor escocés -ninguneándolo hasta reducirlo a un mero
imitador, como dijimos- no quedaría del todo clara.
La
semejanza no pasó inadvertida en su tiempo, se podrá deducir. En la
revista de cine "Moving Picture World" del 13 de febrero de 1915, por
ejemplo, se sacaban cuentas en el artículo titulado "Billie Ritchie: el
'borracho' original" asegurando que su personaje había debutado con el
correspondiente maquillaje y vestimenta en 1887, cuando el actor recién
era un niño, faltando dos o tres años para que naciera siquiera Charles
Chaplin en Londres (16 de abril de 1889). Según las palabras del propio
comediante escocés, allí reproducidas:
La
primera vez que usé mi actual maquillaje fue en mi acto de vodevil con
mis tres hermanas, en 1887 -dice el indomable Billie-. También actué y
usé el mismo maquillaje con Fred H. Graham en la pantomima inglesa "Cinderella", representando al "Baron Near Broke". Dos años más tarde
volvería a utilizar el mismo maquillaje en el personaje del músico
callejero en "Early Birds" con la compañía de Karno. Aseguro que soy el
autor de este maquillaje y de la comedia que se asocia con el
maquillaje.
A
mayor abundamiento, Ritchie declaraba que su personaje reapareció en
suelo americano como el borrachín del "Night in an english music hall",
en la temporada del Orpheum Circuit con la que recorrió el país
de costa a costa, y después en la revista musical de Gus Hill "Around
the clock". Probablemente, había a la sazón material documental y
fotográfico respaldando o desmintiendo la versión del escocés, pues
aseguró haber interpretado a su Bill Smith en unas 5.000
ocasiones, contando todas las presentaciones que hizo con él en Francia,
Inglaterra y Estados Unidos. Lamentablemente, todo ese material ha
desaparecido.
Ya
vimos que Chaplin, por su parte, declaraba haber creado las
características de su personaje y sus prendas para un rol en el corto
"Mabel's strange predicament". Sin embargo, hay un nuevo detalle crucial
a la vista: en otra parte de su autobiografía, admite también que el
disfraz provenía de sus tiempos de presentaciones en el english music hall,
aunque no menciona en ningún momento a Ritchie como quien lo usó antes
que él, previo a que Chaplin lo reemplazara en el rol del borrachín del sketch.
Dice escuetamente allí y desvirtuando, de paso, la versión que
aparecerá años más tarde sobre el origen de su vestimenta en el filme
biográfico de 1992:
Como
las vestimentas me habían imbuido en el personaje, allí decidí entonces
que iba a dejarme puesto este traje, pasara lo que pasara. Esa noche me
fui a casa en el tranvía con uno de los pequeños actores secundarios.
David
Robinson, biógrafo y autor del libro "Chaplin: His life and art", es
uno de los que señalan que Chaplin trabajó muy cerca de Ritchie en music hall
de Inglaterra, donde este último ejecutaba sus interpretaciones de ese
borracho para la rutina "The mumming birds", de la compañía de Karno.
Identifica en la misma ya algunos rasgos que serán después propios del
carácter "chaplinesco". Así, en una nota del "Evening Public Ledger" de
Philadelphia del 13 de enero de 1915, por ejemplo, aparecía una imagen
de Ritchie con el siguiente texto al pie:
No,
éste NO es Charles Chaplin, aunque tiene suficiente de él como para ser
su gemelo. Éste es Billie Ritchie, el comediante de la Universal.
Además,
en plena controversia, apareció ese año de 1915 un tercer involucrado
llamado Billie Reeves, que alegaba en el mencionado periódico "Evening
Public Ledger" del 28 de abril, haber interpretado aquel personaje de la
compañía de Karno en 1904, aunque su denuncia no prosperó y no tardaría
en perder el interés de los tabloides. Otros actores que interpretaron
al borrachín en la rutina fueron Billie Crackles, Jimmy Russell y Bert
Weston, como comenta A. J. Marriot en "Chaplin: stage by stage".
Otro
autor que sugiere la idea de la antigüedad del aspecto del personaje de
Ritchie comparado con el de Chaplin, es Steve Massa en su libro "Lame
Brains & Lunatics: The good, the bad, and the forgotten of silent
comedy", publicado tan recientemente que me ha sido imposible obtener un
ejemplar, aunque sí algunas copias de páginas necesarias para este
tema. Aunque desconozco si el autor reconoce algún mérito de Ritchie en
la gestación del mismo, sí puedo confirmar allí que el personaje de
Ritchie tenía semejanzas enormes con el de Chaplin antes de que éste
apareciera, siendo posible que fuera la "inspiración" para Charlot.
Llama
la atención, además, que siendo tan sensible al asunto de los derechos
de autor, Chaplin jamás demandó a Billie Ritchie por plagio o
suplantación, pues los principales procesos que inició por derechos de
uso de su marca fueron posteriores a la muerte del comediante escocés.
Sin embargo, Glenn Mitchell dice en "The Chaplin Encyclopedia" que sí
trató de iniciar acciones legales contra Ritchie, pero por alguna razón,
el intento no prosperó. Robert Brasillach llega más allá en su
"Histoire du cinéma" de 1964 y señala que, efectivamente se demandaron
entre sí, pero perdieron los juicios.

El personaje que interpretaba Ritchie, en uno de sus cortos.

Afiche de la compañía Universal, mostrando a Ritchie.
LA MUERTE Y LOS ANATEMAS
Con
su incipiente carrera cinematográfica en ascenso, Ritchie había
comprado una residencia en Laurel Canyon de Hollywood, California, hacia
la segunda mitad del año 1918. Allí vivía con su amada esposa Winifred
Monroe, quien fabricaba sus disfraces especiales para el personaje desde
los tiempos de trabajo con Karno, y su hija Wyn Ritchie Evans.
Sin embargo, desde el año anterior las películas de Lehrman venían en caída luego del cambio de distribuidores de la compañía Universal.
En contraste, su competidor Chaplin que había debutado en el cine el
mismo año 1914 en que lo hizo Ritchie, aunque en su caso bajo sello de
la poco estimada compañía Keystone, comenzaba a trabajar ya con la mucho más prestigiosa First National, la última antes de fundar su propia firma con la United Artists,
haciéndose inalcanzable en la taquilla. En actividad, prestigio, fama y
utilidades, pues, Chaplin estaba ya a años luz de ventaja.
Por desgracia, la tragedia comenzó a acosar al creador de Bill Smith. Aún
trabajando con Lehrman, en 1919, éste le exigió intentar una escena de
riesgo con una avestruz para el libreto de una nueva película, al
parecer el corto "A Twilight Baby". Por fotografías existentes y donde
aparece montado en una de estas aves, puede presumirse que había hecho
este acto en otras ocasiones. Ritchie accedió a pesar de venir saliendo
recién de un anterior accidente de rodaje. Por otro lado, ya antes
Lehrman había causado críticas por sus actitudes temerarias con los
actores, como la de dejar leones sueltos entre extras y en otro filme
había arrojado a Ritchie varios metros por el aire valiéndose de
mangueras de alta presión de agua. Pero esta vez todo salió mal y, como
resultado de la nueva petición, el grupo de avestruces de la granja
atacaron violentamente al comediante, produciéndole graves daños en
órganos internos.
Si
bien sobrevivió a la agresión, Ritchie no pudo volver a trabajar en
todo el año y nunca se recuperó completamente. Al poco tiempo, se le
declaró un severo problema estomacal, al parecer un cáncer, pero que
algunos medios especulan fue consecuencia del ataque. Permaneció dos
años en su casa del 1200 North McCadden Place, sin dejar de participar
muy ocasionalmente en algunos nuevos proyectos de Lehrman, hasta que su
salud se lo impidió. Sus últimos cortos fueron "Wet and warmer",
"Mysterious stranger" y "The kick in high life", de 1920.
Postrado
y consumido por su enfermedad, falleció en su hogar el 6 de julio de
1921, a los 42 años, y fue sepultado a los pocos días en el camposanto
local de Forest Lawn Cemetery. No dejó apoyo financiero a su familia, y
se fue de este mundo creyendo una falsa promesa de Lehrman de asistir
económicamente a su esposa e hija, según se supo después. En su sencilla
sepultura, a la sombra de un gran árbol, sólo se lee en una placa:
WILLIAM RITCHIE
1878-1921
1878-1921
La
viuda insistió durante el resto de su vida en que el personaje original
había sido creado por su fallecido esposo, siendo escasamente tomada en
cuenta. Curiosamente, sin embargo, el propio Chaplin la solicitó en
algunas ocasiones trabajos de costura para los trajes de las
filmaciones, incluyendo el traje que usaba Charlot y que ella
misma hacía antes para su esposo, dato que también aparece confirmado
por Massa en "Brains and Lunatics". Conocía bien los trucos de costura y
la fabricación de bolsillos especiales o accesorios ocultos para las
necesidades del personaje, desde los tiempos de labores en la compañía
inglesa, y por eso se solicitó su servicio. Hasta apareció como extra en
algunos rodajes del actor y ex rival artístico de su marido. Su hija,
en tanto, se dedicó a la actuación, la escritura y contrajo matrimonio
con el célebre escritor musical y compositor Ray Evans. Ambos crearon la
Fundación Ray y Wyn Ritchie Evans, dedicada a difusión y formación
musical.
Pero
nada pudo impedir el juicio despectivo de los historiadores del cine
hacia la memoria de Ritchie. Además, las copias de su filmografía
fueron desapareciendo y sin dejar rastros. Las proliferación de
calumnias acusándolo de vulgar copión llegan a tales, que algunos sitios
webs hasta hacen mofa de su extraña muerte tras el ataque de los
animales, sugiriendo que merecía tamaño castigo por acusar a la
sacrosanta figura de Chaplin de haber imitado su caracterización, pues
parece que el desbordado cariño que algunos autores predican al actor
inglés realmente apasiona también la objetividad de su pluma,
generalmente más encandilada con el encanto del personaje que con la
calidad del hombre real detrás del mismo.
Ya
en 1938, por ejemplo, con Chaplin en su apogeo de éxito, Maurice
Bardèche y Robert Brasillach anotaban en su "The history of motion
pictures":
La
firma de Bonaz había traído las películas de Billie Ritchie, que
llevaba el mismo bigote, los mismos pantalones, el mismo sombrero como
Chaplin, y copiando cuidadosamente sus movimientos. Compartió el éxito
de Chaplin por varios meses.
El
tono de acusación contra Ritchie irá creciendo con los años y mientras
más atrás queda su vida y su muerte. Así en 1940, Gerith Von Ulm
escribía en su "Charlie Chaplin: king of tragedy":
Tan
pronto como Charlie comenzó a disfrutar de su espectacular éxito con
Essanay, imitadores de él surgieron en otros estudios. Billie Ritchie,
Billy West, y Charles Amador fueron los más destacable, pero cuanto
mucho no eran más que imitaciones inferiores del personaje. No era
difícil , por supuesto, para copiar.
El
eco sigue creciendo y acentuándose hasta ahora, con expresiones como
Charles J. Maland en su "Chaplin and American Culture: The evolution of a
star image" a principio de los noventa, y endilgándole al Ritchie -de
paso- la falta de creatividad de Lehrman y su colega director Harry
Edwards, en la producción del corto "The curse of work" de 1915:
En
1915 los actores de cine imitando a Chaplin abundaban. El más destacado
-y posiblemente el de explotación más flagrante- era Billie Ritchie,
quien también había trabajado para Karno, precediendo a Chaplin en un
sketch de Karno llamado 'The Mumming Birds'. Aunque Ritchie llegó tan
lejos como para acusar a Chaplin de imitarlo, realmente fue muy
descarado al copiar el traje de Chaplin y hasta sus argumentos: por
ejemplo, dos semanas después de que Works de Chaplin fuera estrenada, Ritchie salió con The Curse of Work.
Y
como si fuera poco, en "Silent film comedy and american culture",
escribe Alan Bilton con insólita audacia esta fuerte sentencia, casi
encima de nuestra actual época:
Al
mismo tiempo, suplantadores e imitadores también multiplican como
conejos, incluyendo presentaciones de imitadores profesionales (Billie
Ritchie, que hiciera decenas de estafas de Chaplin durante este período,
fue la más evidente, aunque un joven Harold Lloyd también era
culpable).
Fuera
de estas fuertes e inquisitivas conclusiones, sin embargo, fue quizás
la menor popularidad de Ritchie y su prematura muerte las impidieron que
se demostrara ante el tiempo y la memoria cuál había sido el personaje
originario en los sketches de la compañía de Karno, habiendo
todavía y por mucho tiempo más quienes insistirán majaderamente en que
sólo era un mal imitador de Chaplin.
"Almost
a scandal", corto de 1915. Dirigida por Henry Lehrman para la L-Ko
Kompany. Aparece Billie Ritchie con su personaje tal cual era, por
momentos extraordinariamente parecido a los modos y características del
que hicieran famoso a Chaplin en la misma época. Acá aparece actuando
junto a Henry Bergman y Hank Mann. Publicado en el Canal Youtube de la
Collection of EYE (Amsterdam) www.eyefilm.nl (Fuente: youtube.com/watch?v=4FfYRgtBZhU). Ritchie trabajó toda su vida con Lehrman, quien había dirigido y escrito las primeras películas de Chaplin.
Primera
aparición del personaje Charlot en el cine en 1914, en el filme "Kid
auto races at Venice" del director y productor Henry Lehrman, quien
comenzó a trabajar poco después con Ritchie pero especialmente tras
romper con Chaplin, lo que ha ayudado a fomentar la impresión de que el
actor escocés era sólo un imitador o "sucedáneo" del original Charlot.
Video publicado en el Canal Youtube de Change Before Going Productions
(Fuente: youtube.com/watch?v=-nUptPWbE88).
Sin embargo, ésta no fue la primera actuación de Chaplin para las
cámaras con este personaje, porque la película donde realmente hizo
debutar al personaje se estrenó más tarde y ofrecía algunas diferencias
en su aspecto (ver más abajo).
La
primera aparición de Charlie Chaplin en el cine no fue con su
conocidísimo Charlot, sino con este extraño personaje más parecido a los
que hiciera famoso en Europa el francés Max Linder, debutado bajo
dirección de Henry Lehrman (Fuente: youtube.com/watch?v=b9o-GIG4RIc).
La película, titulada "Making a loving" fue estrenada el 2 de febrero
de 1914 y se cuenta que Chaplin llegó a odiarla, no apareciendo en
muchas referencias sobre su carrera profesional. Siempre fue enfático en
establecer que este personaje no tenía continuidad con el más tarde
llamado Charlot en Francia y Carlitos en el habla hispana, que aparece a
partir del siguiente filme y hasta el final de su carrera.
Éstas
son escenas de "Mabel's strange predicament", que es la verdadera
primera película donde Chaplin pudo representar a su personaje estrella y
también hacerlo debutar ante las cámaras, en 1914, pues "Kid auto races
at Venice" se rodó muy poco después, cuando ya tenía al personaje
definido, aunque llegó a las salas antes, generando la confusión que aún
persiste. Video publicado en el Canal de Youtube de Change Before Going
Productions (Fuente: youtube.com/watch?v=-nUptPWbE88).
Se observa que el personaje tenía características del personaje
borrachín que él y Ritchie habían interpretado en los sketches de la
compañía de espectáculos de Karno.
Otra
teoría fomentada por expertos en la industria de Hollywood como John
Montgomery, sugiere que los estilos de Chaplin y Ritchie estarían
influidos por uno de los pioneros europeos del cine con base en el
género burlesque, el comediante bufo francés Max Linder, quien comenzó a
aparecer en cortos y filmes humorísticos en 1905, nueve años antes que
los dos humoristas. Éste es el corto titulado "Max reprend sa liberté",
de 1912 (Fuente: youtube.com/watch?v=HY4OwpbGZB4).
Esta posibilidad, sin embargo, no resuelve las dudas sobre quién
inventó el traje, el maquillaje y la caracterización general de los
personajes que usaron Chaplin y Ritchie en sus respectivas carreras.
A MANERA DE COMENTARIOS FINALES
Mientras
el recuerdo de Ritchie quedaba atrás con su fallecimiento, tras la
filmación de consecutivos superéxitos como "City lights" de 1931,
"Modern times" de 1936 y "The great dictator" de 1940, la fama de
Chaplin terminó de dispararse hacia todo el resto del mundo, llegando a
países y públicos que nunca alcanzarían a conocer algo siquiera de
Billie Ritchie y consolidando la identidad del personaje del vagabundo
andariego y gracioso como indivisible con la del actor que le había dado
vida. El nivel de superproducción que tenían estos trabajos ya hacía
imposible pretender imitaciones y copias baratas por parte de
impostores, además.
De todos modos, el tema "pendiente" de Ritchie y su Bill Smith de los cortos humorísticos de Universal,
siempre ha quedado en el ambiente, reflotando de cuando en cuando.
Considerando que el aspecto del personaje parece haberse gestado en
Europa, entonces, John Montgomery proponía ya en 1954 en su "Comedy
films" que la inspiración podía provenir en realidad de la imagen usada
por el actor francés Max Linder, con su alter ego que era una
especie de desempleado joven, en otras un pretendido aristócrata y a
veces también un sujeto petulante con sombrero de copa, bastón y
chaquetín muy ajustado, en todos los casos adicto a meter la pata y
provocar desastres:
Algunos
han alegado que incluso su maquillaje fue robado de otro comediante,
Billie Ritchie. Otros afirman que Billie Ritchie robó ideas de Chaplin.
Según sabemos ahora, Max Linder influyó en la técnica temprana de
Chaplin. Sin embargo, fue sin lugar a dudas el mismo Chaplin el que hizo
su propio triunfo personal, y como el éxito por lo general conlleva
responsabilidades y el feroz punto de vista de la opinión pública, este
hombre, más que nadie en Hollywood, ha estado constantemente bajo el
fuego. Hay más tontos en el mundo que esos que Chaplin ha retratado.
Llama
la atención también que otros actores más bien desconectados de las
experiencias europeas en su formación creativa, como Harry Langdon,
también tuvieran elementos claramente asociables al carácter
"chaplinesco" en sus rutinas, respondiendo tal vez a algún estilo de
humor que estuvo vigente durante la primera mitad del siglo XX y que
creó personajes símbolos del mismo, como el de Ritchie o el de Chaplin.
Y
así sigue subiendo y bajando un tema irresoluto... En 2005, por
ejemplo, fue subastada en Inglaterra en más de 5.200 euros la chaqueta
original de Chaplin estrenada en sus primeras películas de 1914, siendo
adquirida por el coleccionista y anticuario John Cabello, para exhibirla
en su tienda "Parade Antiques" de Plymouth, junto al uniforme del
ministro del Tercer Reich Herman Göering; toda una paradoja considerando
el desprecio que el comediante profesó siempre por el nazismo. Fue
inevitable que algunos periódicos europeos trajeran de regreso el tema y
comentaran explícitamente que este estilo caricato de la chaqueta, que
había estado expuesta en un museo del séptimo arte en Londres, fue
usado primero por Ritchie, desde quien la tomó Chaplin y la hizo famosa.
Más
tarde, Jon Burrows, en su artículo "Near broke, but no tramp: Billie
Ritchie, Charlie Chaplin and ‘that costume’" publicado por la colección
"Early popular visual culture" en 2010, estudia los antecedentes del
caso y retrotrae su mirada a los orígenes de los personajes de ambos
actores en la sociedad británica, identificando elementos que serían
característicos y comunes en los mismos ya en los tiempos de las
presentaciones del elenco de Karno para el english music hall. El
experto concluye en que no existe evidencia suficiente para culpar a
Ritchie o a Chaplin de apropiarse de la personificación que hacía el
otro, acusación que considera calumniosa en ambos casos. Para él, pues,
los dos recibieron una influencia originaria común y referentes
culturales de la época, a pesar de que sus personajes no eran los mismos
pese al parecido, pues mientras Ritchie interpreta a un señor de clase
social pretenciosa e indefinida, Chaplin juega más con la imagen del
vagabundo más ciertas connotaciones de contenido político.
Para
concluir, aclaro que aunque no soy de los exagerados que se entretienen
exigiendo o verificando originalidad absoluta y categórica en todos los
estados de la creación humana, un rasgo moderno que ha sido
interpretado como de decadencia cultural, de hecho. Es más: acá mismo en
Chile tenemos desde hace tiempo varios ejemplos de esa misma clase de
discusiones, confrontando los logros institucionales e iniciativas
disputadas entre los libertadores Carrera y O'Higgins, o los poemas que
escribieron Rokha y Neruda con similares inspiraciones; los cóndores de
caricatura "Copuchita" y "Condorito" y hasta una controversia de comediantes propia, como la enorme semejanza del tony circense Cachencho del veterano Jorge Tello, con el más conocido y mediático Ruperto de su colega artista Cristián Henríquez. En nuestro país y en todo el mundo, pues, existen muchas imitaciones decoradas como "licencias poéticas", "homenajes" o acusaciones por la misma cuestión de la originalidad.
Sin
embargo, en este caso interesante para la cultura popular de medios y
la cinefilia internacional, creí necesario hacer esta pequeña revisión a
la obra de un comediante hoy prácticamente olvidado y muy injustamente
mirado a menos con etiquetas de imitador, plagiador y copión,
anatemas viscerales que surgen precisamente por las posiciones
sectarias apasionadas con las que se ha tomado el asunto relativo a su
obra entre los pocos que aún la recuerdan. Siendo quizás imposible
demostrar ya si hubo o no imitación de uno a otro en este caso, al menos
que este texto sirva -modestamente- para lavar parte de la injuria que
se ha proferido en el recuerdo del comediante Billie Ritchie, al
reducirlo y esquilmarlo en la categoría de un mero ladrón de ideas y
ponerlo a la altura de los más vulgares fraudes conocidos en la historia
del cine.
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